COP26 - El desafío de salvar nuestro planeta
La crisis climática se está agravando, las emisiones y las temperaturas siguen aumentando y los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes e intensos. A medida que los países a través del mundo han luchado para hacer frente a los efectos devastadores de la pandemia Covid-19, la acción dentro de la comunidad global para abordar la crisis climática no ha cumplido con lo que se requerirá para prevenir un cambio climático irreversible. El impacto dañino de las acciones históricas y actuales de la humanidad sobre el planeta y el clima es un hecho. Al abrirse la cumbre de la COP26 en Glasgow, la Internacional Socialista insta una vez más a la acción unida, rápida y concertada de todos los países y gobiernos, para evitar que el planeta pase un punto de inflexión más allá del cual el cambio climático permanente es inevitable.
En los últimos meses se han publicado dos importantes informes que no dejan lugar a dudas de que, con las tendencias actuales, nos dirigimos hacia una catástrofe del cambio climático. El 9 de agosto, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU presentó su primer informe de evaluación importante desde 2013, y señaló los cambios sin precedentes que se están produciendo en el clima de la Tierra "en todas las regiones y a través de todo el sistema climático". Reitera que sin reducciones inmediatas, fuertes y sostenidas de las emisiones de dióxido de carbono, las ambiciones de limitar el calentamiento global a niveles seguros son inalcanzables. Lamentablemente, a pesar de que este año se cumplen cinco años desde la firma del Acuerdo de París, no hay evidencia de que estemos en camino de lograr tales objetivos. Después de una reducción temporal de las emisiones de CO2 durante 2020 como resultado de la pandemia Covid-19, las emisiones están aumentando una vez más, como se describe en el informe United in Science 2021, compilado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado el 16 de septiembre.
Como ha subrayado el secretario general de la ONU, como planeta estamos muy fuera de curso en lo que respecta a las acciones y compromisos necesarios para evitar que esta crisis climática se convierta en un desastre medioambiental de la que no hay recuperación. El informe de United in Science 2021 señala que es probable que se supere el umbral de un aumento de 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales en los próximos cinco años. Aunque las reducciones inmediatas y sostenidas de las emisiones de CO2 podrían traer beneficios rápidamente en lo que respecta a la calidad del aire, según el informe del IPCC, incluso una estabilización de las temperaturas globales podría llevar ahora de 20 a 30 años, lo que subraya lo costosa que podría resultar la inacción.
También existe un consenso científico abrumador de que el calentamiento global está detrás del aumento de la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos en los últimos años. El informe del IPCC confirmó que el cambio climático inducido por los humanos es responsable de aumentar la frecuencia e intensidad de muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo. Tales eventos solo en el último año han causado un gran sufrimiento, pérdida de vidas y destrucción ambiental como resultado de incendios forestales, inundaciones, tormentas y olas de calor. No se deben subestimar los impactos vertiginosos del clima extremo en las economías y las sociedades.
Los gobiernos a través del mundo tienen la capacidad de actuar con una rapidez sin precedentes y en cooperación, pero cuando se trata de la amenaza existencial del cambio climático, sigue existiendo una falta de urgencia en la acción coordinada global, agravada por la negación climática y la falta de voluntad para hacer los sacrificios necesarios por el futuro del planeta como resultado de un interés propio equivocado. Los efectos de la pandemia hacen que este momento sea particularmente crucial, ya que las emisiones ahora se están acelerando rápidamente después de una pausa temporal como resultado de Covid. Se debe hacer más a nivel mundial para trabajar por una recuperación ecológica después de la pandemia y evitar que se vuelva a "la normalidad".
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 que tiene lugar en Glasgow está en marcha. Debido al aplazamiento de la cumbre el año pasado, este es el primero de los inventarios globales quinquenales planificados acordados en 2015 en la COP21, en virtud de los cuales se espera que las Partes reevalúen sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) a la luz de la ciencia climática más reciente, y fortalecer sus compromisos existentes. Las NDCs incondicionales bajo el Acuerdo de París son manifiestamente insuficientes para limitar el calentamiento global al objetivo de 2 ° C, y mucho menos a 1,5 ° C, con la brecha de emisiones tan grande como siempre.
Por lo tanto, no será suficiente que los líderes mundiales simplemente reiteren compromisos previos. Las Partes deben superar la reducción del 50% en las emisiones globales para 2030 y alcanzar cero emisiones netas para 2050, un objetivo ambicioso pero necesario, si existe alguna posibilidad de limitar el calentamiento global y prevenir una catástrofe climática. Está claro que esto debería llevarse a cabo de acuerdo con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, ya que los países desarrollados están en la actualidad en condiciones de hacer recortes más rápidos y profundos de las emisiones. Pero requiere que todos los países tengan una meta neta cero, que para alcanzarse requerirá un mayor enfoque en el crecimiento verde en los países en desarrollo y asistencia financiera para hacer la transición a una economía baja en carbono.
El retraso hasta la COP26 fue en gran parte inevitable debido a los efectos de la pandemia, pero no hay excusa para los continuos retrasos en la adopción de medidas decisivas a nivel mundial sobre el cambio climático. Científicos, múltiples organismos de la ONU, grupos ambientalistas y organizaciones como la Internacional Socialista han estado documentando y analizando durante muchos años el fenómeno del cambio climático provocado por los humanos, describiendo los pasos necesarios a nivel global para prevenir daños irreversibles a nuestro planeta y abogando en pro de que todos los gobiernos puedan unirse para superar esta amenaza común. La IS ha tomado muchas iniciativas sobre el cambio climático, con la participación de altos cargos gubernamentales, expertos y ministros, con el fin de presentar propuestas de políticas concretas y soluciones para garantizar la justicia climática abordando el cambio climático sin restringir el potencial de desarrollo en el mundo en desarrollo.
La Internacional Socialista continuará dedicándose a abogar por acciones firmes sobre el cambio climático a través de los esfuerzos de sus partidos miembros y el trabajo e iniciativas de sus comités regionales y temáticos sobre este tema, así como de sus órganos estatutarios. Es una tarea que debe abordarse con la mayor seriedad y urgencia, para asegurar el futuro de nuestro planeta compartido y el bienestar de las generaciones venideras.