COP 29: Un mundo que se calienta: es hora de tomar medidas multilaterales audaces hacia la justicia climática

11 noviembre 2024

Desde 2011, la Internacional Socialista ha liderado la iniciativa y ha monitoreado el progreso en relación con los pasos para transitar de una economía de alto carbono a una sociedad de bajo carbono. También ha apoyado consistentemente los esfuerzos de las Naciones Unidas a través del marco multilateral de la Conferencia de las Partes (COP). La adopción del Acuerdo de París en 2016 estableció un hito importante en esta desafiante empresa, y hoy, con 194 partes comprometidas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El cambio climático es principalmente resultado del efecto invernadero causado por el aumento de CO2 producido por actividades humanas. Este fenómeno extiende gradualmente su impacto en nuestra vida cotidiana, implicando, entre otros, condiciones meteorológicas extremas.

Desde inundaciones destructivas en África y Asia hasta lluvias intensas que provocan grandes tragedias, como la reciente en España; huracanes en las Américas; incendios forestales en Australia y en el Mediterráneo, todos estos fenómenos son solo la punta del iceberg de las consecuencias del cambio climático. Están afectando cada vez más y de forma directa a casi todas las regiones del mundo y a millones de ciudadanos.

Por lo tanto, es más importante que nunca debilitar los argumentos de los escépticos del cambio climático, contrarrestar la desinformación y las noticias falsas con ciencia y hechos verificados, y fortalecer la coalición global de países, ciudades, partidos políticos y organizaciones que comprenden la urgencia de actuar con rapidez y determinación.

Teniendo en cuenta la preocupación por el aumento de desastres naturales vinculados al cambio climático, apoyamos firmemente el fortalecimiento de la implementación de la iniciativa “Alerta Temprana para Todos” de la ONU. Consideramos esencial garantizar medios de protección y salvamento para todas las personas a través de la cobertura universal de sistemas de alerta temprana para múltiples peligros para 2027.

Nuestros objetivos principales permanecen firmes e inalterables: la temperatura global no debe aumentar más de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Las emisiones de gases de efecto invernadero deben llegar a cero netos a mediados del siglo XXI.

¿Dónde estamos ahora? El clima se ha calentado rápidamente en las últimas décadas. En los últimos diez años, la temperatura media anual en tierra ha subido de 1,21 grados C en la primera década del milenio a 1,81 grados C, superando el objetivo establecido. A nivel global, los datos existentes muestran que el dióxido de carbono atmosférico promedio alcanzó un nuevo récord.

La Ley Climática Europea, adoptada por la UE en 2021, representa un camino para alcanzar resultados específicos. Las emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) en la UE entre 1990 y 2022 disminuyeron en un 31% y un 8% adicional en 2023. Este es un progreso notable para alcanzar el objetivo de reducir las emisiones de GEI en al menos un 55% para 2030 y lograr la neutralidad climática para 2050.

Sin embargo, los esfuerzos realizados a nivel de la UE son insuficientes. Este es un desafío global. No podemos permitirnos otro año de temperaturas récord y emisiones en aumento.

La COP 29 de este año será una gran prueba para los esfuerzos multilaterales de dar pasos sólidos hacia adelante.

La Internacional Socialista ha subrayado recurrentemente la urgencia de acordar un objetivo financiero ambicioso que permita la acción climática en los países en desarrollo, que no pueden abordar la adaptación ni aplicar medidas de mitigación sin un programa ambicioso que incluya financiamiento climático. En el “Pacto por el Futuro” de la ONU se reconoció que el financiamiento para la adaptación deberá incrementarse significativamente para fortalecer la resiliencia en los países en desarrollo.

De hecho, los países menos contaminantes soportarán la mayoría de los impactos y consecuencias del cambio climático. Los países en desarrollo y los pequeños estados insulares son los más vulnerables. La crisis climática amenaza la vida y los medios de subsistencia de millones de personas en el Sur Global a través de incendios, inundaciones, escasez de alimentos y escasez de alimentos que incrementan los desplazamientos de población forzosos.

Los grandes contaminantes deben implementar el compromiso de “responsabilidad común pero diferenciada,” el principio de que quienes más contribuyeron al problema deben aportar más medios a la causa.

Por lo tanto, la COP 29 es la oportunidad de tomar decisiones audaces por la justicia climática. El momento es ahora.