Cumbre mundial 2005 de Naciones Unidas - Declaración de la Internacional Socialista

14 septiembre 2005

Al inaugurarse la Cumbre Mundial 2005 que se desarrolla entre el 14 y 16 de septiembre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, la Internacional Socialista reitera la necesidad de que la comunidad internacional se esfuerce para llevar a cabo las reformas que se requieren para darle un impulso al trabajo de Naciones Unidas, avanzar las iniciativas necesarias para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio y asegurar un mundo más seguro, más democrático y más justo para todos.

Las preocupaciones respecto a la seguridad, al medio ambiente y al inadmisible aumento de la pobreza, junto a una mayor comprensión en el mundo de que debemos actuar colectivamente para entregar las respuestas necesarias, han dado un nuevo sentido de urgencia a la tarea de reformar las Naciones Unidas y han abierto el camino hacia una nueva gobernanza global. Al mismo tiempo, las actuales amenazas a la paz y a la salud del planeta están íntimamente conectadas a los enormes desafíos que, de manera vigorosa y efectiva, debe encarar el mundo con respecto al desarrollo sostenible, a la democratización y a los derechos humanos.

Desde su fundación, Naciones Unidas ha sido no solamente el símbolo del anhelo global de paz, sino que ha sido el instrumento fundamental para la cooperación internacional necesaria para asegurar el progreso humano en un mundo cada vez más complejo e interdependiente. Hoy, todos sus miembros deberían trabajar juntos activamente para revitalizar y fortalecer esta institución indispensable a fin de que pueda responder con éxito a los desafíos del Siglo XXI.

Existe ahora la oportunidad para establecer una gobernanza global basada en una interacción democrática dentro de la comunidad de naciones y en un nuevo multilateralismo que promueva la paz y la estabilidad, la justicia, la igualdad de género y la inclusión de todas las personas, en estos momentos de cambios rápidos e inquietantes. El factor clave será dar a todos los Estados la oportunidad de participar directamente en el proceso y garantizar la aplicación de los principios democráticos dentro de las Naciones Unidas, como también en otras organizaciones internacionales a niveles global y regional.

Asimismo, debemos avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que son producto de la visión mundial consignada en la Cumbre del Milenio 2000 de la ONU, y la Internacional hace un llamamiento a realizar esfuerzos concertados con determinación, no solamente a nivel global y regional sino también nacional y sobre todo a nivel local, mediante una cooperación entre los sectores públicos y no gubernamentales.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio requieren de un partenariado global para el desarrollo. La prioridad es establecer las instituciones y los mecanismos más receptivos al ciudadano común, especialmente los pobres que se esfuerzan por mejorar su condición, tanto en las regiones urbanas como rurales. Las mujeres que son las más afectadas por los conflictos violentos, las crisis económicas y la degradación medioambiental, deben gozar de plena autonomía y desempeñar un papel central en los procesos de toma de decisiones y de desarrollo. Esto es la esencia de pensar a nivel global y actuar a nivel local, que hoy día debe ser un pilar fundamental de la gobernanza a todos los niveles.

Una reforma significativa de la Organización de Naciones Unidas y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio son alcanzables. Para esto se requiere de una voluntad política y la decisión de todos los involucrados y es de esperar que el ímpetu alcanzado hasta ahora pueda incrementarse en la Cumbre de Nueva York, y a través del mundo en los meses y años venideros. La vida de las próximas generaciones y el futuro del planeta dependen de ello.

14 de septiembre de 2005