En Cancún renace la esperanza

14 diciembre 2010

La meta propuesta por la Internacional Socialista y nuestra Comisión para una Sociedad Mundial Sostenible de lograr un acuerdo ambicioso y realista sobre el cambio climático, con compromisos, objetivos y plazos vinculantes, pendientes desde Copenhague, ha ganado terreno con las decisiones alcanzadas en Cancún. La respuesta unificada de la comunidad internacional al cambio climático, un objetivo sobre el cual nuestra Internacional y nuestra Comisión han puesto gran énfasis con claros llamamientos a conseguir su logro, se encuentra ahora más cercano, al mismo tiempo que el multilateralismo y el proceso de Naciones Unidas para abordar el clima ha vuelto a ganar credibilidad.

Las decisiones de Cancún sobre la cooperación a largo plazo bajo la Convención y sobre mayores compromisos de las Partes del Anexo 1 bajo el Protocolo de Kioto, dan ahora una buena base para continuar el proceso de negociación que lleve hacia objetivos vinculantes más ambiciosos a ser tratados en la COP17. Estas decisiones también dan la base para que continúe el trabajo sobre las provisiones de Kioto sin interrupción, como lo explican los acuerdos, entre el primero y segundo periodo de los compromisos.

El llamamiento a una profunda reducción de las emisiones, incluido en el trabajo de nuestra Comisión y de nuestra Internacional, ha quedado reflejado en las decisiones de la COP16 que reconocen la necesidad de realizar importantes recortes para reducir las emisiones de gases de tipo invernadero a fin de limitar el incremento de la temperatura global promedio a un máximo de 2 grados Celsius sobre los niveles preindustriales y para incluir, en el contexto de la primera revisión (2013-2015), el objetivo de un aumento promedio de temperatura de 1,5 grados Celsius basándose en los mejores conocimientos científicos disponibles. Para alcanzar los niveles más bajos indicados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), fue reconocido en Cancún que se requeriría que las Partes del Anexo 1 como grupo reduzcan sus emisiones entre 25% y 40% para el año 2020 con respecto al nivel de 1990. Las Partes del Anexo 1 fueron urgidas a elevar el nivel de ambición para reducción de las emisiones a ser alcanzado tanto por ellos individualmente como también de manera conjunta. La Conferencia acordó asimismo que las Partes deberían cooperar para lograr el nivel más alto de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global y nacional tan pronto como sea posible. La COP16 reconoció que abordar el cambio climático requería de un cambio de paradigma para ir hacia la construcción de “una sociedad baja en carbono” como se estipula en el título del informe de nuestra Comisión publicado en el 2009.

Cancún reconoció la contribución hecha por los países en desarrollo a los esfuerzos de mitigación de acuerdo con la Convención, destacando que estos esfuerzos podrían ser incrementados dependiendo de la provisión de financiamiento, tecnología y apoyo a la construcción de capacidad por parte de los países desarrollados. Reafirmó -tal como lo hicimos nosotros en nuestra reunión del Consejo en Budva- que el desarrollo social y económico y la erradicación de la pobreza constituían la primera y más importante prioridad para los países en desarrollo y que la parte que les corresponde dentro de las emisiones globales aumentará para responder a sus necesidades de desarrollo, acordando que estos países adopten acciones de mitigación apropiadas a nivel nacional en el contexto de un desarrollo sostenible apoyado y hecho posible con tecnología, financiamiento y construcción de capacidad tendiente a lograr una desviación de las emisiones con relación a las emisiones ‘business as usual’ en 2020.

Al abordar temas relacionados con la reducción de emisiones provenientes de la deforestación y degradación forestal y con la conservación, una gran preocupación entre nuestras prioridades, la Conferencia alentó a los países en desarrollo a contribuir a acciones de mitigación en el sector forestal para reducir emisiones provenientes de la deforestación y de la degradación forestal, e hizo un llamamiento a la conservación y el fomento de reservas de carbón forestal y la gestión sustentable de bosques. Solicitó que los países en desarrollo, en el contexto de la provisión de recursos financieros adecuados y previsibles y apoyo técnico y tecnológico, desarrollen estrategias o planes de acción nacionales, niveles de emisiones con referencia a bosques nacionales o medidas interinas alternativas, como también sistemas robustos y transparentes de monitoreo de bosques nacionales. Al urgir a los países desarrollados en particular a apoyar, a través de canales multilaterales y bilaterales el desarrollo de estrategias o planes de acción, políticas y medidas y la construcción de capacidad nacionales, la Conferencia solicitó que el Grupo de Trabajo Ad-Hoc sobre Acción Cooperativa a Largo Plazo (AWG-LCA) explore las opciones de financiamiento para la implementación de planes de acción nacionales.

En cuanto a la medición, reporte y verificación (MRV), la COP16, junto con hacer avances significativos en el establecimiento de nuevas provisiones para que países desarrollados den un mayor apoyo financiero, tecnológico y de construcción de capacidad para las acciones de mitigación de países en desarrollo, ganó terreno al decidir someter las acciones apoyadas internacionalmente a medición, información y verificación internacional, como lo ha argumentado la Comisión de la IS, de acuerdo con pautas a desarrollar bajo la Convención. Además, decidió que las acciones de mitigación apoyadas internamente sean medidas, informadas y verificadas internamente de acuerdo con pautas a ser desarrolladas igualmente bajo la Convención.

Con respecto a la necesidad de profundizar la cooperación científica y tecnológica entre países desarrollados y en desarrollo en cuanto al cambio climático, un área puesta de manifiesto en el informe de la Comisión de la IS y reiterada en su reunión en México, la conferencia de Cancún decidió establecer un Mecanismo de Tecnología para facilitar la implementación de desarrollo y transferencia de tecnología para apoyar las acciones de mitigación y adaptación, bajo la guía de la Conferencia de las Partes y responsable ante ella.

En lo que se refiere al llamamiento hecho por nuestra Comisión para definir un marco de trabajo multilateral y transparente para implementar la propuesta de Copenhague de crear un Fondo Verde que movilice USD 100 mil millones anuales para el año 2020 para dar asistencia a países en desarrollo, y en el corto plazo USD 30 mil millones para el periodo 2010-2012, las decisiones de Cancún, reconociendo el compromiso de los países en desarrollo en ese sentido, establecieron un Fondo Verde del Clima como una entidad operativa del mecanismo financiero de la Convención. Este Fondo estaría gobernado por un consejo de administración de 24 miembros compuesto por un igual número de personas provenientes de países en desarrollo y desarrollados, con el Banco Mundial como fideicomisario por un periodo interino de 3 años.

Otra materia abordada por la Comisión de la IS en México en discusiones con el gobierno anfitrión de la COP16, con el Presidente Calderón y ministros de su gabinete, fue la cuestión de las reglas de procedimiento de la Conferencia, y que el consenso buscado en la Conferencia no debería ser considerado como unanimidad ya que eso implicaría un derecho a veto por cualquier Estado individual. Como sucedió, un país en la Conferencia no apoyó el conjunto de los acuerdos presentados, mientras otros los aceptaron, y fueron finalmente correctamente aprobados.

La crucial lucha de la humanidad sobre el cambio climático y los esfuerzos de la Internacional Socialista por un mundo más justo, más equitativo y más respetuoso del medio ambiente tienen hoy frente a sí, un camino con mayores esperanzas después de Cancún.

Luis Ayala
Secretario General de la Internacional Socialista