17 junio 2013
Los desarrollos en Turquía durante las últimas tres semanas han sido observados con creciente inquietud por la comunidad internacional.
El gobierno turco, que debería responder a las demandas de los ciudadanos que protestan y actuar de acuerdo con las normas y los principios propios de una democracia, no cumple con escuchar y buscar una efectiva manera de proceder para evitar la actual espiral de violencia, de malos tratos, y las víctimas que el mundo continúa presenciando como consecuencia de ello.
El aumento de la violencia actualmente en las calles de Estambul contra los manifestantes, involucrando no solamente a la fuerza policial sino también a simpatizantes del gobierno, y presente también en otras partes del país, es motivo de grave preocupación.
Por lo tanto, reiteramos nuestro llamamiento al gobierno turco a poner fin a la violencia contra los ciudadanos que han estado participando en manifestaciones para expresar sus frustraciones y desesperación ante un gobierno que parece no prestarles oído, y a abstenerse de realizar actos que pueden desencadenar más violencia. Hacemos un llamamiento a un diálogo nacional de las autoridades del estado y los actores políticos representados en el parlamento nacional, para encontrar una respuesta pacífica, institucional y democrática a la actual situación crítica que afecta al país.