Un nuevo horizonte en Estados Unidos

21 enero 2021

La toma de posesión de Joe Biden y de Kamala Harris como el nuevo Presidente y Vice-Presidenta de los Estados Unidos, marca un giro importante para el país y un momento alentador para el mundo. La democracia en Estados Unidos ha abierto un nuevo camino, con el pueblo reafirmando una vez más los valores y principios sobre los cuales fue fundada esa nación. En estos cruciales momentos en que el mundo enfrenta desafíos sin precedentes, la nueva Administración está claramente enfocada a abordar las prioridades reconocidas por la mayoría de su pueblo y que están hoy igualmente presentes en las agendas de muchos países y gobiernos a nivel global.

Las prioridades más importantes de hoy se concentran en combatir y neutralizar el virus que hasta ahora ha dado muerte a más de dos millones de personas, la recuperación de las economías nacionales, el fin de la destrucción del medio ambiente, la implementación de una respuesta humanitaria a las crisis migratorias, la lucha contra el racismo y la discriminación, la promoción de la igualdad de género, la solución de conflictos y el establecimiento de la paz y, sobre todo, el reforzamiento de la democracia y sus instituciones en momentos en que éstas se encuentran amenazadas por ideas populistas y autoritarias en diferentes partes del mundo.

Las órdenes ejecutivas firmadas por el Presidente Biden el día mismo en que asumió el poder, y que acogemos con gran beneplácito, reflejan su compromiso con estos temas cruciales y están en claro contraste con las de su predecesor cuyas políticas estuvieron caracterizadas por la estrechez de miras, la hostilidad y la desconfianza.

El camino que él ha escogido en busca de un acuerdo común a través del multilateralismo, queda bien reflejado en sus decisiones aplaudidas a nivel internacional, de reintegrarse a la Organización Mundial de la Salud y al Acuerdo de París sobre el Clima.

En la batalla por prevenir un catastrófico cambio climático, su orden ejecutiva de reintegrarse al Acuerdo de París es un paso inmensamente significativo en momentos en que nuestro planeta enfrenta una emergencia climática, y cuando el avance hacia la reducción de las emisiones para limitar el calentamiento global se ha visto impedido no solamente por el retiro de los Estados Unidos del acuerdo, sino también por la demora de la COP26 debido a la pandemia del Covid-19. Por lo tanto, este año es un momento vital para que la nueva Administración de los EE.UU. y el resto del mundo reevalúen sus contribuciones nacionalmente determinadas (NDCs), y refuercen sus compromisos con los nuevos y los ya existentes planes para la reducción de emisiones.

La batalla global para contener y superar la pandemia del Covid-19 es también una urgente prioridad que contará con la ayuda del compromiso del Presidente Biden de reincorporarse a la Organización Mundial de la Salud. La pandemia seguirá siendo una amenaza y un problema para todos los países al continuar expandiéndose en diferentes partes del mundo. El anuncio de que el Presidente Biden incorporará a EE.UU. dentro de COVAX es especialmente bien recibido, ya que posibilitará un mayor acceso a las vacunas para los países, sin tomar en cuenta los niveles de ingresos.

La IS saluda el anuncio de que la discriminatoria prohibición de viajes dictada por el ex presidente en 2017, dirigida predominantemente a países musulmanes será derogada, como también el anuncio de que se detendrá la construcción del muro, que será regularizada la situación de más de 11 millones de migrantes indocumentados en el país y la de aquéllos migrantes llamados ‘dreamers’.

Esperamos al mismo tiempo contar con la participación de EE.UU. como un país totalmente comprometido con la paz, la defensa de los derechos humanos en todo el mundo y que da prioridad al desarrollo internacional, después de cuatro años de una retórica agresiva y amenazadora y concertados esfuerzos para reducir los fondos para el desarrollo. Un tema de particular importancia es el Oriente Medio, donde el enfoque unilateral y transaccional de la previa administración ha dañado severamente las perspectivas para una solución de dos Estados y ha puesto en peligro una paz duradera. En un paso positivo, el Presidente Biden ha reiterado su apoyo a la solución de dos Estados y se ha comprometido a reanudar la ayuda de EE.UU. y fondos para el desarrollo de Cisjordania y Gaza.

EE.UU. continúa teniendo una influencia global extremadamente significativa en el ámbito económico, global y cultural y las consecuencias de sus decisiones tienen un impacto mucho más allá de sus fronteras. Un éxito a largo plazo para el Presidente Biden requiere de mucho más que simplemente revertir las peores políticas de su predecesor y existen muchos desafíos globales que pueden necesitar de EE.UU. el tipo de creación de consenso que ha sido una severa deficiencia durante los últimos cuatro años. La Internacional Socialista se siente alentada por los compromisos y acciones iniciales del Presidente Biden y, junto con sus partidos miembros, ofrece su apoyo a las iniciativas multilaterales que corresponden a los objetivos y principios de la familia socialdemócrata. Continuaremos trabajando por una agenda progresista, democrática e internacionalista que pueda prosperar en la escena mundial.