Original: inglés

 

La Comisión de la Internacional Socialista para una Sociedad Mundial Sostenible, reunida en Estocolmo los días 5 y 6 de septiembre de 2008, contando con el Partido Socialdemócrata Sueco, SAP, como anfitrión, abordó el tema de las transferencias de tecnología y creación de capacidad para los países en desarrollo como parte de la respuesta global de mitigación y adaptación al cambio climático y promoción de un desarrollo económico sostenible, y la manera en que pueden suministrarse los fondos necesarios.

Desarrollo y transferencia de tecnología es un elemento clave de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), y la tecnología verde, las transferencias y la creación de capacidad en el mundo en desarrollo para evaluar, adaptar y gestionar tecnologías medioambientalmente sanas serán temas centrales de la agenda en la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático (COP-14) y el Protocolo de Kioto (CMP) programada para los días 1º al 12 de diciembre de 2008 en Poznán, Polonia.

Poznán marcará el punto medio del proceso que comenzó a fines del 2007 cuando más de 180 naciones acordaron la Hoja de Ruta de Bali y el Plan de Acción de Bali para reducir el calentamiento global. La Comisión cree que es imperativo que ahora en Poznán las naciones del mundo logren resultados sólidos que lleven a un acuerdo que necesitará ser alcanzado en la Conferencia de Copenhague en diciembre del 2009, para permitir su implementación antes de que expire el Protocolo de Kioto en el 2012.

La Comisión notó positivamente que en última Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático celebrada en Accra los días 21 al 27 de agosto de 2008 -que incluyó a delegados de gobierno de 160 países, como también a representantes de organizaciones medioambientales, de instituciones de negocios y de investigación- las negociaciones entre países mostraron en general un repunte en su ritmo, en tanto que los países en desarrollo se involucraron más activamente, muchos de ellos ofreciendo planes de acción nacionales con metas específicas que serán llevadas a Poznán.

También fue alentador el acuerdo en Accra sobre la necesidad de incluir el tema de la deforestación en países en desarrollo en el acuerdo anticipado de Copenhague, incluyendo una compensación a los países que se esfuercen por poner freno a la deforestación y llevar adelante programas de conservación, y avanzar hacia un acuerdo que limite las emisiones de carbono de industrias específicas, tales como las del cemento, del acero y de generación de energía, los llamados “enfoques sectoriales”.

Además, con respecto a las emisiones, la Comisión expresó preocupación sobre el rápido aumento de la producción en las últimas décadas de trifluoruro de nitrógeno, un gas que se usa en la producción de pantallas planas de visualización, lo que no estaba cubierto bajo el Protocolo de Kioto, y que recientes estudios han demostrado podría ser potencialmente tan dañino en sus gases efecto invernadero como el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano. La Comisión urgió que el trifluoruro de nitrógeno sea incluído en todo acuerdo relacionado con la reducción de emisiones de gases efecto invernadero.

La Comisión tomó nota del informe emitido en Accra por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y apoyó su caso urgiendo a los países a retirar paulatinamente los subsidios energéticos dañinos para el medio ambiente, para el crecimiento económico o bienestar social y re-destinar estos dineros a políticas dirigidas a promover el uso de fuentes de energía más verdes y renovables, y dar mayor apoyo a familias pobres y con bajos ingresos, que son las que sufren más el efecto negativo de los altos precios de los combustibles.

La Comisión subrayó que es crucial unir la ciencia y la tecnología a la transferencia de tecnologías climáticas limpias. Es un área vasta y compleja que incluye desarrollar nuevas formas de producción energética desde fuentes renovables, como la solar, la eólica y la térmica, y hacer más limpia la quema de combustibles fósiles, incluyendo el carbón. En Accra, los gobiernos por primera vez discutieron lo que se necesita para la creación y refinamiento de tecnologías verdes y cómo financiar su transferencia al mundo en desarrollo para aumentar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases efecto invernadero y adaptarse a los efectos del cambio climático.

La Comisión notó que una parte importante del proceso es llevar a cabo una evaluación de las necesidades tecnológicas y las necesidades de países individuales en el mundo en desarrollo, que identifiquen y determinen sus prioridades específicas para la mitigación y la adaptación de tecnologías. Algunas propuestas fueron hechas a este respecto en Accra y se espera que sean llevadas a Poznán. Sin embargo, la Comisión cree que deben hacerse mayores y más determinados esfuerzos por parte de las naciones, dentro de la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur, para determinar la mejor manera de elevar el nivel de las capacidades actuales y potenciar al máximo las nuevas tecnologías, si se desea lograr un avance concreto en Poznán en el área de las transferencias de tecnología.

La Comisión enfatizó asimismo el enorme desafío que presenta el financiamiento de las transferencias de tecnología verde. Los países en desarrollo requerirán de transferencias masivas y de una gran cantidad de asistencia técnica y de creación de capacidad para hacer un uso apropiado de las nuevas tecnologías, y el actual financiamiento bajo la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático está lejos de ser suficiente. Este es el caso especialmente en Africa, que es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático pero que hasta ahora se ha beneficiado mínimamente de la Facilidad Global del Medio Ambiente y el Mecanismo de Desarrollo Limpio, asunto que complace a la Comisión ver en lugar de prioridad en la agenda Poznán.

La Comisión urgió enérgicamente realizar todo esfuerzo por cerrar la enorme brecha en el financiamiento de tecnologías verdes en el mundo en desarrollo, en particular con respecto a los países más pobres, naciones de islas pequeñas y otros amenazados en mayor medida por el cambio climático.

La Comisión notó que debido a que las transferencias de tecnología y la creación de capacidad son tan costosas -con un cálculo aproximado de cientos de millares de dólares en las próximas dos décadas- deberá haber un aporte substancial y una mayor cooperación entre los sectores público y privado a todo nivel, y entre los gobiernos nacionales y las agencias internacionales.

Un camino a seguir podría ser convertir porciones de la deuda de las naciones en desarrollo en fondos destinados a programas de desarrollo económico verdes y de adaptación al cambio climático. También debería considerarse una reformulación de los reglamentos internacionales que regulan la propiedad intelectual a fin de reducir el costo que reviste para los países en desarrollo acceder a las nuevas tecnologías y ayudar a cerrar la brecha del conocimiento entre el Norte y el Sur.

La Comisión cree que la manera de lograr los aportes y la cooperación necesarios es en última instancia un desafío político, que requiere que la voz del mundo en desarrollo, en particular la de los países y regiones más vulnerables, sea escuchada con más fuerza a medida que avanza el proceso de negociación. Está claro que no será fácil para la comunidad internacional proveer un financiamiento adecuado, previsible y de largo plazo para la transferencia de tecnología y la creación de capacidad, si no cuenta con una mayor solidaridad y coordinación Norte-Sur.

La Comisión hizo un llamamiento a la creación de una institución encargada de la distribución y transferencia de tecnologías limpias dentro del sistema de Naciones Unidas, que complemente el trabajo de otras agencias y de asistencia a países por separado.

La Comisión, junto con tomar nota del progreso logrado en Accra, expresó una renovada preocupación de que no se está haciendo lo suficiente y con el debido tiempo dentro del esfuerzo general por crear un sucesor del Protocolo de Kioto, especialmente si se desea alcanzar acuerdo en Poznán sobre el alcance y las metas para la reducción de emisiones por parte de los países industrializados, como parte de la preparación de un texto de negociación para el 2009.

La Comisión expresó también preocupación de que los esfuerzos para responder al cambio climático podrían pasar a ocupar un lugar más bajo de importancia en momentos en que el mundo confronta la desaceleración de la economía global y el aumento de las preocupaciones sobre la seguridad energética. Advirtió asimismo sobre los riesgos de recurrir a un incremento y a ideas mal concebidas y enfatizó que todo régimen de cambio climático para que sea efectivo deberá encontrar el equilibrio justo entre mitigación, adaptación, la promoción de un desarrollo sostenible y el establecimiento de una mayor dependencia en fuentes de energía renovables.

La Comisión subrayó que el progreso en los esfuerzos generales por establecer y llevar adelante un régimen sobre cambio climático post-2012, como en los casos específicos de transferencias de tecnología y creación de capacidad, dependen de la voluntad y determinación políticas.

También cruciales para generar un impulso político hacia una respuesta efectiva al cambio climático serán mayores esfuerzos en las áreas de la educación e incentivación de ayudas públicas, para promover una toma de conciencia e infundir vigor a las demandas populares para la acción que puedan llevar la dinámica política por la dirección correcta a nivel local, nacional e internacional.

La Comisión subrayó que se necesita hacer mucho trabajo en el corto periodo de tiempo que queda por delante y reafirmó que los partidos miembros de la Internacional Socialista, tanto en gobierno como en la oposición en los países a través de mundo, tienen funciones claves que desempeñar en el cumplimiento de las tareas necesarias.