El Comité Africa de la Internacional Socialista, reunido en la Ciudad de Praia los días 30 y 31 de Octubre de 2000, habiendo retomado las discusiones y las deliberaciones del Comité Africa, que habían tenido lugar en Dakar, en Bamako, en Maputo y en Yaoundé, así como las del Consejo de la Internacional Socialista de Bruselas.
El Comité África consideró que dichas deliberaciones siguen siendo actuales y pertinentes, debiendo todas las partes implicadas asumir sus responsabilidades y sus compromisos, por lo que recomienda al Consejo de la Internacional Socialista, que tendrá lugar en Maputo, los días 10 y 11 de noviembre próximo, la toma de decisiones con vistas a una implantación urgente.
Democracia, estabilidad y desarrollo
El Comité África constató con satisfacción que los vientos de la democracia siguen soplando sobre el Continente, habiendo subrayado el elevado nivel con que han transcurrido los procesos de transición y la alternancia democrática en Cabo Verde, en Benín, en Marruecos, en Senegal y en Níger. El Comité África saludó la victoria de las fuerzas democráticas en las recientes elecciones en Côte d’Ivoire, que marcan decisivamente una época en la que la opinión pública y las poblaciones africanas revelan un gran empeño en preservar el respeto por las libertades públicas, por la legalidad y por el correcto funcionamiento de las instituciones democráticas, así como por la consolidación del Estado de Derecho, condiciones indispensables para el desarrollo de África.
Africa y el Desarrollo
Las reflexiones del Comité Africa se han volcado sobre la responsabilidad que cabe a los africanos en la definición de un marco apropiado de desarrollo, como condición previa a la creación de un ambiente favorable a la aceptación por la comunidad internacional de un compromiso mundial sobre el desarrollo de Africa. Las recomendaciones sobre el Desarrollo de Africa, que constan en el documento "Juntos para el Siglo XXI", adoptado en el marco de las negociaciones sobre la renovación de la Convención de Lomé, aprobadas en Cotonou, contiene lo esencial de las posiciones africanas que siguen siendo actuales y pertinentes, como marco de referencia sobre un desarrollo pretendido, con rostro humano, orientado hacia la satisfacción de las necesidades de las poblaciones en materia de educación y de salud, de acceso a bienes esenciales como el agua y la energía, así como en cuanto a la preservación de los equilibrios sociales y ambientales fundamentales.
Ese marco de referencia aceptado contiene igualmente las condiciones a cumplir en materia de intercambios comerciales y tecnológicos, que favorezcan las relaciones económicas de los países africanos y que permitan un mejoramiento de la situación de Africa en el proceso de globalización de la economía.
El Comité ha definido las condiciones previas del desarrollo que se han de cumplir y las responsabilidades que corresponden a los africanos en cuanto a la instalación del Estado de Derecho democrático, al respeto de las libertades públicas y de la legalidad, a la consolidación de las instituciones democráticas, permitiendo la participación de los ciudadanos y el ejercicio normal de la alternancia democrática. De igual modo, cabe a los africanos promover una cultura de tolerancia y de diálogo, teniendo los partidos políticos que desempeñar un papel fundamental en la pedagogía de la democracia en nuestro continente.
Las experiencias de integración económica regional y subregional deben ser reanalizadas con la finalidad de identificar los logros conseguidos con las estructuras existentes y encontrar nuevas vías que permitan aprovechar las oportunidades de la globalización para favorecer el desarrollo de África. El Comité África saludó la iniciativa de la Unión Africana, habiendo sin embargo hecho la salvedad de que se trata de un proyecto a largo plazo, cuyos pasos deben ser ponderados con miras a no poner en cuestión la soberanía y la estabilidad política lograda en muchos países.
Las reflexiones del Comité sobre las condiciones necesarias para el desarrollo han subrayado la importancia de la descentralización política y administrativa, realizada en un marco democrático y de respeto a la legalidad, como una vía para impulsar el desarrollo y acercarlo a las poblaciones africanas.
El desarrollo es incompatible con la inestabilidad política y con las situaciones de conflicto permanente que desgraciadamente ocurren y se prolongan en el tiempo, como es el caso del Africa Central. El Comité considera urgente que se encuentren formas de resolución de crisis y de conflictos que permitan salvar vidas humanas y sufrimiento a las poblaciones, debiendo, para ello, desarrollarse una asociación con la Unión Europea.
A los africanos cabe una gran responsabilidad en la creación de las condiciones que permitan el advenimiento de la estabilidad, de la buena gobernabilidad, de la lucha contra la pobreza por la inclusión obligatoria en los presupuestos del Estado de medios para ese fin, de la prevención de la corrupción y del fraude de los procesos electorales, condiciones indispensables para el desbloqueo del proceso de democratización de África.
La Comunidad internacional y el Desarrollo de Africa
El Comité Africa ha insistido en la necesidad de reiterar que el desarrollo del Continente tiene que contar con una determinada cooperación de la comunidad internacional, tal como ha sido exigida en la Cumbre de El Cairo, que encare seriamente la anulación y la transformación de la deuda, en el apoyo a los proyectos de lucha contra la pobreza y de prevención del SIDA en Africa y en la transformación de las negociaciones, en el marco de la Organización Mundial del Comercio, en una oportunidad para Africa y no en otra limitación al desarrollo. En materia de prevención de los conflictos en Africa, el Comité volvió a insistir en la propuesta de un compromiso de embargo de armas, como condición previa para la existencia de paz y de estabilidad en el continente.
En el momento en que la mayor parte de los países europeos, principales socios económicos de los países africanos, son gobernados por partidos de la socialdemocracia, es indispensable que se refuerce la solidaridad internacional, a través de un impulso decisivo y concreto para el desarrollo del continente africano.