Declaración

Comité de la IS para Asia y el Pacífico, Manila, Filipinas, 11-12 de abril de 2002

El Comité para Asia y el Pacífico de la Internacional Socialista reafirma su compromiso con la realización de las esperanzas de paz y seguridad del pueblo de esta dinámica región. En línea con la labor de nuestra Internacional alrededor del mundo, reconocemos que los conflictos pueden resolverse solamente por medios políticos, no militares. En consecuencia, reafirmamos nuestra convicción basada en una larga experiencia y reiterada en el llamamiento reciente de la Internacional para el cese de la violencia en Oriente Medio, de que ni la paz ni la seguridad pueden existir por separado y de que la única manera de mantener ambas es por medio de un régimen democrático y la práctica de la buena gobernabilidad.

En vista de la importancia fundamental de la dimensión política, y en solidaridad con los partidos socialdemócratas de todas las regiones, mantenemos nuestro compromiso con la resolución de conflictos por medio del diálogo y la cooperación, tanto en el ámbito interno como en el internacional. Es por ello que apoyamos plenamente los esfuerzos del Gobierno de las Filipinas, incluyendo el importante papel que está desempeñando nuestro miembro, el Partido Socialista Democrático de las Filipinas, por encontrar una solución pacífica a los conflictos internos por medio de la negociación y por integrar a todos los sectores de la sociedad al sistema democrático.

El Comité propugna asimismo que en la búsqueda de la paz, la Internacional Socialista, que alberga en su seno a pueblos de todas las religiones, busque ampliar el diálogo y encuentre más puntos de coincidencia entre nuestros partidos socialdemócratas y agrupaciones islámicas moderadas en la región del Asia y el Pacífico, incluyendo a Indonesia, un país importante que atraviesa un difícil período de transición. Nuestra Internacional sigue la situación con mucho interés y organizará el envío de una delegación de la IS a Indonesia para fortalecer las relaciones con los socialdemócratas y con otros movimientos afines en ese país.

El Comité subraya igualmente que la lucha contra el terrorismo, el cual se ha convertido en una tremenda amenaza a la seguridad en el mundo, debe librarse de diferentes maneras para ser efectiva, y no simplemente a través de una respuesta militar. Esto es particularmente cierto en el caso de Afganistán, pero también lo es en varios países más de la región del Asia y el Pacífico y en otros países del mundo. Lo fundamental en la lucha estriba en encontrar y poner en pie mecanismos para reducir la pobreza y la marginalización, y contrarrestar los efectos negativos de la globalización como la creciente brecha entre ricos y pobres, todo lo que tiende a fomentar el extremismo político y la violencia. El Comité, por tanto, sigue dedicado, junto con nuestra Internacional, a buscar nuevas maneras de financiar y aumentar las ayudas al desarrollo para los centenares de millones de personas en Asia y el resto del mundo que viven en la miseria con menos de un dólar al día. El enfoque debe abarcar asimismo esfuerzos sistemáticos para defender a la población civil que se ve atrapada en medio de un conflicto, y en particular a los refugiados entre quienes los que más sufren son las mujeres y los niños.

Al igual que en ocasiones anteriores, el Comité hace hincapié en la importancia de promover y reforzar la democracia en el esfuerzo por conseguir la paz y la seguridad. Raras veces, o nunca, inician las democracias una guerra; más bien, las democracias resultan idóneas para reducir colectivamente la amenaza nuclear y solamente una gobernabilidad democrática, con sólidas garantías para los derechos de los trabajadores, puede asegurar que el crecimiento económico sea equitativo. El Comité reitera asimismo que la vitalidad de la democracia y la solidez de las instituciones democráticas exigen el pleno respeto a los derechos de la mujer, en las leyes y en la práctica, particularmente en nuestra región, donde la pobreza y la violencia a menudo afectan más a la mujer debido a su papel tradicional dentro de estas sociedades.

En lo que se refiere a zonas y países específicos de la región, el Comité observa una mezcla de acontecimientos, algunos de signo positivo y otros de signo negativo.

El Comité expresa su apoyo al recientemente reanudado diálogo entre Corea del Sur y Corea del Norte y a los avances registrados en el proceso de reconciliación entre los dos países. Espera además que este acercamiento contribuya a facilitar la misión de la IS a ambos países, como parte de sus continuos esfuerzos para propiciar la paz y la reunificación de la Península Coreana.

Existen también renovadas esperanzas en Sri Lanka, donde un alto el fuego pactado hace cuatro meses entre el Gobierno y los separatistas tamiles sigue en pie y la próxima etapa del proceso de paz está prevista para comenzar próximamente con la mediación de Noruega.

El Comité nota asimismo, con gran satisfacción, que Timor Oriental, donde la actuación de la Internacional desde hace mucho tiempo combina nuestros esfuerzos en favor de la paz y la democracia, se convertirá el 20 de mayo en un Estado democrático e independiente. Aunque todavía quedan por superar enormes retos, Timor Oriental se ha convertido en un ejemplo de que incluso los momentos más sombríos pueden ser superados cuando el pueblo busca la libertad con determinación y cuenta con el apoyo y la cooperación internacional.

En Birmania, sin embargo, aunque el Comité reconoce los esfuerzos del enviado especial de la ONU y el diálogo que se lleva a cabo en la actualidad entre Aung San Suu Kyi y el régimen militar, la situación se mueve con suma lentitud y se ha hecho poco por aliviar las condiciones represivas. El Comité propugna por lo tanto que la Internacional siga presionando por una transformación democrática profunda y duradera basada en la plena restitución de las libertades políticas, el fin del arresto domiciliario de Aung San Suu Kyi, la liberación de todos los prisioneros políticos y el respeto a los derechos humanos de todo el pueblo birmano. Insta además al régimen militar a que transforme las negociaciones actuales de carácter secreto en un diálogo político sustantivo, en aras de que el proceso hacia la democracia sea irreversible.

Por otra parte, el Comité sigue considerando preocupante la situación en Nepal, donde los insurgentes maoístas rompieron el alto el fuego en noviembre pasado; desde entonces han llevado a cabo cada vez más ataques cruentos contra la democracia de la nación y sus instituciones democráticas, el Gobierno elegido de nuestro miembro el Partido del Congreso Nepalí, civiles inocentes, militantes del Partido del Congreso Nepalí, y numerosa infraestructura. El Comité urge a una mayor solidaridad y apoyo por parte de todos los miembros de la Internacional en nombre de la democracia y la preservación de las instituciones democráticas en Nepal. Con este fin, la Internacional tomará una medida concreta que consiste en el envío de una misión de la IS a ese país.

Cachemira también está atravesando un periodo particularmente violento y el Comité está preocupado por los posibles efectos negativos en una región donde la tensión ya es muy alta. El Comité reconoce que los esfuerzos de las organizaciones cívicas que se dedican a restaurar la democracia en Cachemira constituyen un paso necesario hacia la paz e insta a la India y a Pakistán a encontrar los puntos de coincidencia necesarios para emprender un proceso de paz. El Comité expresa asimismo su preocupación ante la tensión hindú-musulmana en la India. Reitera, a la vez, su apoyo a la plena restauración de la democracia en Pakistán y comparte la preocupación de las fuerzas políticas democráticas de ese país en relación con el plebiscito anunciado para el mes de mayo.

Respecto a Malasia, al Comité le preocupa que las medidas antiterroristas, incluyendo el abuso permanente de la legislación interna de seguridad, se estén utilizando en contra de una oposición política legítima. Reitera su pleno apoyo al Partido Acción Democrática, miembro de la IS, que sigue luchando en circunstancias adversas para mantener el ímpetu del movimiento por la democracia y el estado de derecho.

Respecto al Pacífico Sur, el Comité expresa una vez más la solidaridad de la Internacional con su partido miembro el Partido Laborista de Fiji, que continúa luchando por el retorno a la constitucionalidad democrática tras el golpe de 2000. El Comité está satisfecho de que los tribunales hayan fallado recientemente a favor del partido en cuestiones constitucionales fundamentales, si bien reconoce que la lucha continúa por la plena restauración de una democracia basada en la Constitución de 1997.

El Comité sigue preocupado por la situación en las Islas Salomón, donde los conflictos étnicos y la anarquía amenazan el orden constitucional; en Papua Nueva Guinea, donde las tensiones étnicas siguen socavando los procedimientos democráticos y el acuerdo de paz que puso fin al conflicto de Bougainville sigue siendo frágil; y en Vanuatu, donde a pesar de una paz relativa se han sucedido diez administraciones en el lapso de diez años, y la incertidumbre política continúa ante las próximas elecciones de principios de mayo.