Reunión del Comité de la Internacional Socialista de Autoridades Locales, Rosario, Argentina

31 Marzo - 1 Abril 2000

El 31 de marzo y 1 de abril, el Comité de Autoridades Locales se reunió en la ciudad de Rosario, Argentina, teniendo como anfitriones al Partido Socialista Popular, PSP, y a la Unión Cívica Radical, UCR.

Antes de que tuviera lugar la sesión de apertura de la reunión, se desveló una placa dedicada a la memoria de Guillermo Estévez Boero, antiguo líder del PSP, nacido en dicha ciudad.

Los temas de la agenda fueron ''Las Autoridades locales y el mercado del trabajo — las políticas socialdemócratas para asegurar el trabajo y hacer frente al desempleo'' y ''Democracia local y participación ciudadana''.

En la sesión de apertura de la reunión, Hermes Binner, Alcalde de Rosario, habló del papel del Comité y de la Internacional en su labor hacia la "humanización de las ciudades", y de la importancia, para todos los debates, de temas tales como viviendas dignas, la protección del medio ambiente, la seguridad social, la educación y la solidaridad entre las ciudades, y, en esta ocasión, el trabajo. "No es casualidad", declaró, "que la transformación cultural más profunda en el mundo globalizado se produzca en la esfera del trabajo". El equilibrio de fuerzas había cambiado, aseguró, y se pasó del trabajo como "gran integrador social" a que "la ausencia de trabajo conduce a la marginalidad social".

Las autoridades locales, afirmó Binner, tenían realmente que trabajar con las autoridades nacionales en esta cuestión; pero, como demostraban las experiencias de Rosario, se podía hacer mucho para apoyar la actividad empresarial, promover el empleo, generar exportación y crear agencias de desarrollo locales.

Luis Ayala, Secretario General de la Internacional, subrayó la importancia del tema de los debates de Rosario. El pleno empleo era, dijo, "fundamental para nuestra propia identidad". Continuó diciendo: "A los socialistas se les reconoce ya no sólo por su visión de principios y su mensaje ideológico, sino también por las acciones de nuestros gobiernos".

En distintas partes del mundo, nos enfrentamos a una agenda común "porque sólo existe una economía mundial". De manera que "la realidad en la que trabajamos puede ser diferente, pero las necesidades, la necesidad de respuesta, los desafíos, son comunes".

Para los socialdemócratas de América Latina, concluyó Ayala, uno de los desafíos consiste en aumentar la capacidad de integración de las economías, de las sociedades y de las agendas políticas.

Rubén Gustiniani, Secretario General del Partido Socialista Popular, PSP, planteó la misma pregunta que ya se planteaba hace cincuenta años: "¿Tiene la política todavía algún sentido?". Sostuvo que los socialistas y los demócratas podían responder afirmativamente, con toda convicción: "Hoy la política tiene más sentido que nunca, porque es la manera de organizar la vida entre los hombres, la única manera de organizar la vida entre los hombres con justicia y con libertad". El futuro del trabajo, propuso, era un tema muy importante, que requería ser analizado desde la óptica concreta del papel de las municipalidades.

Raúl Alfonsín, Presidente de la Unión Cívica Radical y antiguo Presidente de Argentina, señaló la importancia de las municipalidades en todos los aspectos de la democracia y de la vida diaria. Porque era "en los municipios donde se pone en marcha ese ingrediente fundamental de la democracia de hoy que es la participación". En lo referente al trabajo, las acciones llevadas a cabo por las autoridades locales podrían resultar indispensables, sugirió, citando ejemplos de pequeñas y medianas empresas. De esta manera, argumentó, las municipalidades podrían luchar contra la exclusión por medio del trabajo.

Cesare Salvi, Ministro de Trabajo, Italia, habló de los dramáticos cambios que ha sufrido el área de empleo, donde una cuestión de tan largo alcance como la globalización va de la mano de la revolución tecnológica. Sin embargo, afirmó que la globalización no era "un fenómeno completamente nuevo. Es una tendencia que pertenece a la historia del capitalismo y de la economía de mercado. La tendencia de los mercados a expandirse más allá de los límites de la ciudad, la región o la nación comenzó a desarrollarse hace ya muchos siglos". Sin embargo, mantuvo que las autoridades locales podrían desempeñar un papel concreto, aprovechando el potencial de la ''nueva economía'', como por ejemplo, creando las infraestructuras adecuadas para las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para todos los ciudadanos, reforzando y modernizando los sistemas educativos, creando redes de formación y centros de información, además de redes de colaboración entre las pequeñas y medianas empresas.

Alberto Flamarique, Ministro de Trabajo, Argentina, explicó que era en el gobierno local donde "mayor tensión se produce en la confrontación de las oportunidades, desafíos y amenazas que nos trae la globalización" y que era allí donde se trataban las dificultades diarias surgidas de tal conflicto. Hoy por hoy, la tarea consiste en introducir, dentro del marco de las reformas laborales, nuevas maneras de concebir el trabajo, afirmó, particularmente en relación con el fenómeno creciente de la colectividad. En cuanto a las realidades de las nuevas formas de trabajo, había preguntas reales que había que hacer en torno a la legislación y a la protección en el cada día más autónoma "mercado económico electrónico".

También afirmó que "cohesión social debe estar presente en la globalización. La globalización no puede ser hecha a cualquier costo. La globalización no tiene que ser una corriente de detrimento de civilizaciones o culturas de una sobre otra. La globalización tiene que ser un estadio más alto de progreso, equidad y justicia social para toda la humanidad".

Al final de la reunión, el Comité adoptó la Declaración de Rosario, con el subtítulo ‘Las Autoridades Locales y el Mercado de Trabajo, las Políticas Socialdemócratas para asegurar el Trabajo y hacer frente al Desempleo'', que afirmaba que "el desafío consiguiente para las ciudades es complementar el desarrollo de las fuerzas productivas con formas civilizadas de ejercicio de las políticas públicas, eficientes por su impacto inmediato sobre el desempleo y por su promoción de nuevas prácticas sociales". La Declaración señalaba que claramente no existían "fórmulas mágicas" para aumentar el empleo y que "la solución descansa en políticas activas ejercidas desde distintos niveles institucionales que los gobiernos municipales estimulan fuertemente".

Estas políticas activas incluían: el ejercicio de las autonomías de los gobiernos locales; las políticas de ingresos y gastos del municipio; la focalización de los programas especiales de empleo y la creación de nuevos oficios urbanos; la asistencia técnica respaldada por las universidades a nuevos emprendedores y a pequeñas y medianas empresas; el compromiso de todo el sistema educativo formal en la capacitación de la gente; la generación de condiciones locales para el aumento de la inversión y la aplicación de innovaciones tecnológicas; el estímulo a ocupaciones que admiten el trabajo a tiempo parcial y el tiempo compartido de trabajo para favorecer las oportunidades de empleo de mujeres, jóvenes, discapacitados y trabajadores cercanos a la jubilación.

La Declaración continuaba diciendo que el llamamiento a favor de políticas activas traía consigo dos consideraciones. En primer lugar, que implicaban costos explícitos cuyo financiamiento no se atiende exclusivamente con la utilización eficaz de los recursos existentes: "De ahí la importancia de la autonomía municipal y de la política presupuestaria", declaraba. Continuaba proponiendo que "la descentralización hacia las ciudades de los programas de infraestructura y sociales es una manera más eficiente de asegurar que las oportunidades de empleo estén dirigidos hacia aquéllos que más lo necesitan".

En segundo lugar, el ejercicio de las políticas activas dependerán del diseño y aplicación de apropiados espacios institucionales donde se ejerza la colaboración de los agentes privados y públicos como manera de ejercer una mayor participación ciudadana y una mayor descentralización de la toma de decisiones. Por lo dicho, una política activa en la ciudad no es responsabildiad exclusiva del gobierno municipal sino una tarea compartida por los ciudadanos que se animen a involucrarse en forjar una ciudad humana y justa, fundada en el trabajo.

La Declaración de Rosario señalaba la necesidad de "operar el asociacionismo local, la cooperación descentralizada y la solidaridad internacional para generar los espacios institucionales en las ciudades desde donde promover las políticas de generación del empleo y del trabajo remunerado", insistiendo en la necesidad de crear de inmediato una Red de Solidaridad Interciudades Socialistas (RSIS), para iniciativas que respondan a las urgencias de generar oportunidades de trabajo remunerado en el corto plazo.