Frente a quienes ven el Mediterráneo como un escenario de confrontación, los socialistas, en cambio, lo concebimos como una región de grandes oportunidades. En efecto, estamos convencidos de que existe en los pueblos del Mediterráneo una amplia mayoría que quiere un futuro de prosperidad, desarrollo, paz, libertad, respeto y solidaridad.
Aunque conscientes de las dificultades que la región afronta, nuestra visión es optimista y por eso creemos que nuestro principal reto como demócratas y socialistas es ser capaces de proponer una perspectiva convincente de futuro que implique un fortalecimiento y profundización de la democracia en la región que permita superar pacíficamente los conflictos actualmente existentes. El socialismo democrático es la única opción política existente en ambas riberas del Mediterráneo y, hoy en día, constituye una apuesta de futuro para los pueblos del Norte y del Sur que interpretan debidamente el sentir de una gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de la región.
La ampliación de los espacios de libertad y el respeto de los derechos humanos, incluyendo la abolición de la pena de muerte en el espacio mediterráneo, así como el impulso de la igualdad de género, constituyen un compromiso fundamental de los socialistas y aspiramos a que estén en la agenda de los países de la zona. Es también imprescindible promover el fomento de las prácticas de buen gobierno y la modernización de las administraciones nacionales, así como una amplia participación de la ciudadanía. La expansión y revitalización de la política y la democracia conllevan el freno a los fundamentalismos, al ultranacionalismo y al terror. El ejemplo vivido en Líbano, en que el pueblo de ese país se transformó en protagonista de un proceso de recuperación de la soberanía nacional, de la democracia y de la libertad demuestra que este cambio es posible.
Los socialistas estamos trabajando enérgicamente a favor de la resolución del conflicto israelo-palestino sobre la existencia de dos estados a través de la reactivación del proceso político de negociación y respetando los acuerdos firmados y los derechos humanos, en aras de la paz en Irak y del fin de la violencia en todo Oriente Medio; deberíamos alcanzar también una solución definitiva a la situación en Chipre. La paz es imprescindible para construir un futuro común en el Mediterráneo, objetivo que compartimos todos los que vivimos en la región.
El próximo mes de noviembre, se celebrará el X Aniversario de la Conferencia Euromediterránea de Barcelona. Es una ocasión para fortalecer y dotar de un nuevo impulso al Proceso de Barcelona a fin de que responda a las expectativas que hoy se generan en el marco de un mundo globalizado que, para los socialistas, debe brindar también en el Mediterráneo nuevas oportunidades para todos. Es el momento de reafirmar el compromiso de los países de toda la región con la paz y la seguridad, para abrir nuevas formas de intercambio económico y de cooperación justas, más abiertas y más solidarias y para reforzar una cultura común que, a partir de la diversidad, conforme una identidad mediterránea.
Se trata, también, de integrar en la agenda asuntos tan importantes como la consecución de una zona de libre comercio para el año 2010, el impulso a la cooperación intraregional o la búsqueda de respuestas compartidas a los nuevos retos, como la inmigración.
Desde el Comité del Mediterráneo, manifestamos nuestro decidido apoyo a la Alianza de Civilizaciones, patrocinada por el Presidente del Gobierno español, José L. Rodríguez Zapatero, como una iniciativa de profunda relevancia en la región del Mediterráneo que entronca con los principios y objetivos en que se basa el Proceso de Barcelona.