Declaración

Reunión del Comité de la IS para Europa Central y Oriental, Roma, Italia, 27-28 de junio de 1997

Original: italiano

1. Europa Central y Oriental ha vivido una transición a la democracia y a la economía de mercado que ha permitido a la mayoría de estos países llevar a cabo una importante modernización.

Esto es especialmente así en algunos países de Europa Central y Oriental - Polonia, República Checa, Eslovenia, Hungría, Eslovaquia y los países Bálticos - donde se dan altas tasas de crecimiento.

Sin embargo, hemos sido también testigos de agudas desigualdades y desequilibrios sociales que son una razón más para que recomendemos políticas que tengan como objetivo lograr un mayor equilibrio entre modernidad y solidaridad, entre las reglas del mercado y la redistribución de la riqueza.

Las fuerzas socialdemócratas y progresistas se enfrentan por lo tanto a la tarea de poner fin a la transición política y económica en sus países, teniendo como objetivo el progreso social, la igualdad y la democracia.

2. Un paso de crucial importancia para integrar a los países de la región a este proceso será a través de su integración a la Unión Europea, en la que están interesados todos los países de Europa Central y Oriental como un medio que les ayudará a lograr la estabilidad democrática y también a poner término a las modernizaciones económicas y sociales.

Es muy importante que se de comienzo a las negociaciones sobre la ampliación de la Unión en conformidad con el plazo establecido, durante los primeros meses de 1998, como también lo es la necesidad de conducir las negociaciones en una forma que asegure igualdad de oportunidades para todos los países solicitantes.

Por consiguiente, a través de los Acuerdos de Cooperación y a través de un mejor uso del instrumento de "asociación", se hace un llamamiento a la Unión Europea para que ofrezca también las posibilidades de una cooperación y una integración más fuerte a los países que no son hoy día candidatos a la membresía.

3. La seguridad y estabilidad que desean y a las que tienen derecho los países de Europa Central y Oriental podrán lograrse más fácilmente a través de medidas económicas, sociales, medioambientales y políticas. Al mismo tiempo, la paz y estabilidad en todo el continente serán posible si existe una responsabilidad común para establecer una nueva arquitectura de seguridad. El Acta firmada en París por los miembros de la OTAN y Rusia, y los acuerdos bilaterales firmados por Ucrania con la OTAN y con Rusia, representan un paso en esta dirección.

Es en ese contexto que debemos situar la ampliación de la OTAN, cuyo objetivo no es amenazar a nadie, sino tranquilizar a los que se encuentran envueltos en el proceso. Es por esta razón que la ampliación de la Alianza deberá responder a algunas necesidades fundamentales de seguridad: deberá mantener el equilibrio entre las diferentes áreas de Europa Oriental, Central y Sudoriental; deberá "mantener sus puertas abiertas" a más de una fase en la ampliación; deberá hacer uso del Partenariado por la Paz (PFP), y del recientemente creado Consejo de Partenariado Euro-Atlántico, para dar la seguridad y estabilidad necesarias a la región entera.

Se deberá permitir que la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) desarrolle una acción más fuerte en la prevención y solución de conflictos y en la promoción de un orden de seguridad paneuropeo y de democracia dentro de los Estados.

En este contexto, la Unión Europea (UE) debe adquirir una identidad de seguridad y defensa cada vez mayor, y la Unión Europea Occidental (WEU) podría servir de medio para conseguir ese objetivo.

4. La IS urge el uso de medidas positivas, multilaterales y bilaterales para asegurar que aquellos países que no se califican para una primera fase de ampliación, ya sea de la UE o de la OTAN, continúen su activa participación en los desarrollos que tienen lugar en Europa.

Las instituciones para la cooperación regional pueden asumir un rol estratégico en este proceso. Entre estas instituciones se encuentran la Iniciativa Centroeuropea (CEI), el Consejo de Cooperación del Mar Negro, el Consejo de Cooperación del Báltico, la Iniciativa de Cooperación Sudoriental (SECI), y otras formas de cooperación multilateral entre los Estados de la región. Estas instituciones pueden cumplir dos funciones. Ellas pueden favorecer una acción común coherente entre los países que están "dentro" y "fuera", evitando de esa manera la ampliación de la UE y de la OTAN y provocando sentimientos de exclusión o nuevas líneas divisorias en el corazón de Europa. Las instituciones regionales pueden servir también de herramientas para la modernización infraestructural, social y económica en los países de la región.

5. La transición en estos países no está simplemente ligada a la dimensión económica. La transición del autoritarismo del aparato de partido estatal a la democracia, incluye también el establecimiento de estructuras necesarias para "la implantación de instituciones democráticas".

Un requisito para esto será:

- garantizar los derechos sociales fundamentales;

- contar con partidos políticos fuertes organizados internamente de manera democrática y pluralista;

- el establecimiento del Estado de derecho con una sociedad pluralista;

- la implantación de un apropiado marco legal de regulación;

- la capacitación de administradores y empleados del sector público;

- asegurar el pluralismo en los medios de comunicación y un sector informativo que sea igualmente accesible para todos;

- la implantación de un nuevo programa educacional libre de opresión ideológica;

- la reorganización de los sistemas sociales que, junto con rechazar la lógica estatista del pasado, no vulnere los derechos sociales, individuales y colectivos fundamentales;

- el reconocimiento de los derechos de las minorías y la aplicación de políticas capaces de garantizar los principios multiculturales y multiétnicos;

- contar con políticas que aseguren un desarrollo sostenible.

El Consejo de Europa puede aportar una importante contribución al logro de estos objetivos.

6. La estabilidad en los Balcanes es una absoluta prioridad para la seguridad de todo el continente. La comunidad internacional -y especialmente la Unión Europea- deben asumir una responsabilidad común para prestar asistencia a los países de la región cuya transición, por razones históricas, es más lenta y dificultosa.

Las políticas reformistas lanzadas por el nuevo gobierno de Rumania -a las que contribuye la Unión Socialdemócrata- es prueba de que dentro del proceso de integración existe una real posibilidad de recuperación en los atrasos de la situación económica y política heredada del pasado.

Las recientes elecciones en Bulgaria, aunque caracterizadas por la victoria de las fuerzas de centro-derecha, han abierto el camino para la instalación de instituciones estables capaces de promover un período de reformas.

Es importante también proseguir una acción concertada que tenga como fin garantizar la estabilidad en la Antigua República Yugoslava de Macedonia, destacando su importante contribución a la paz y la estabilidad en los Balcanes.

Luego del éxito de la oposición en las elecciones municipales, las próximas elecciones en Serbia y Montenegro deberían dar la oportunidad para una evolución democrática que supere los límites y obstáculos que dificultan el total establecimiento del pluralismo democrático en la Federación Yugoslava.

La evolución política y la estabilidad democrática en Turquía son cruciales para la seguridad de toda la región. Por esta razón, existe la necesidad de una acción política que, junto con mantener a Turquía firmemente ligada a las instituciones euroatlánticas, impulse el total reconocimiento de los derechos civiles y los principios democráticos.

7. Es de una importancia decisiva que se cumplan y consoliden los Acuerdos de Dayton que, gracias a la presencia de IFOR/SFOR, garantizan la paz en Bosnia. La consolidación de la paz requiere de estructuras estatales y de una sociedad civil seguras.

A pesar de su fragilidad y dificultades, no existen perspectivas para una paz diferente en Bosnia, y el cuestionarla podría ser una seria equivocación.

El punto muerto en el proceso de paz tendrá que superarse, y los Acuerdos deberán ponerse en marcha. Es necesario establecer unas efectivas instituciones de Estado en Bosnia-Herzegovina y llevar adelante con normalidad y pluralismo las elecciones municipales programadas para septiembre. Los acuerdos de desarme regional firmados en Florencia tendrán también que ser cumplidos en su totalidad, deberá ayudarse al retorno gradual de los refugiados a sus hogares. El trabajo del Tribunal Criminal Internacional para la Antigua Yugoslavia en La Haya deberá continuar recibiendo apoyo. Estos objetivos políticos se harán posibles solamente mediante esfuerzos paralelos encaminados a la reconstrucción económica, prestando ayuda financiera a todas las entidades y comunidades que forman parte de Bosnia-Herzegovina.

Una contribución a la paz en Bosnia y en la región podría surgir del reforzamiento de la democracia en Croacia, donde en las recientes elecciones presidenciales las fuerzas de la oposición, el SPD y otros, obtuvieron un consenso en aumento.

8. La comunidad internacional puede desarrollar igualmente un decisivo papel en Albania. La disolución de las instituciones y de de la economía, y el riesgo de anarquía en Albania han sido evitadas mediante la participación de la Unión Europea, de la OSCE y de los países que han contribuído a la Fuerza de Protección Militar dirigida por Italia. El gobierno de reconciliación nacional, creado mediante la colaboración de todas las fuerzas políticas del país, ha sido capaz de lanzar la reconstrucción de las estructuras del Estado. Es de decisiva importancia que las elecciones del 29 de junio sean libres y justas y que luego de las dos rondas de elecciones haya una fase de estabilidad política en la cual todos los partidos acepten los resultados y desarrollen una labor positiva dentro de las instituciones democráticas albanesas.

Para lograr este objetivo, apoyamos decididamente el trabajo del Alto Representante de la OSCE, Franz Vranitzky.

9. Rusia y su situación futura es fundamental para las perspectivas en todo el continente europeo.

A pesar de enfrentar numerosas dificultades y unas agudas contradicciones sociales, este gran país ha sido testigo de un gran cambio económico. Esto no ha ido acompañado por una modernización de las estructuras del Estado y por una democracia política.

La tarea de la comunidad internacional es por lo tanto, establecer la mayor cooperación de tipo político, militar, económico y cultural. Esta apoyará el establecimiento de las normas políticas y económicas de una democracia moderna. La transformación del G7 en G8 aprobada en Denver es un paso en esta dirección, que debe ser seguido por otros encaminados a continuar desarrollando una efectiva democracia en Rusia.

10. Las Repúblicas del Cáucaso, donde aún persisten conflictos sin resolver y una difícil transición a la democracia que demoran el desarrollo económico y social, requieren de la elaboración de una estrategia de cooperación.

La búsqueda de una estrategia de cooperación con las naciones euroasiáticas y con los Estados de la Comunidad de Estados Independientes (CIS) es igualmente importante. La comunidad internacional debe ofrecer relaciones y oportunidades a estos países.

11. El papel de las fuerzas de la socialdemocracia para conseguir estos objetivos es crucial. Con mayor razón hoy en día cuando la IS tiene partidos miembros en todos los países de Europa Central y Oriental, y donde varias de ellos están en gobierno.

La IS y sus partidos tienen la responsabilidad de dar una respuesta, mediante constantes iniciativas políticas y programas adecuados, a las demandas de democracia, integración y desarrollo provenientes de la opinión pública de esos países.

Al mismo tiempo, la IS considera como una urgente necesidad el favorecer el crecimiento de una presencia socialdemócrata en Rusia y en otros Estados de la CIS. Para este fin, se propone establecer un programa de acción especial.