Original: inglés
1.
La Internacional Socialista es de opinión de que la crisis alimentaria global es una de las mayores amenazas a la paz y a la seguridad en el mundo, particularmente en los países en desarrollo más vulnerables, y propugna un detenido estudio de las maneras en que opera actualmente el sistema agrícola mundial.
2.
Desde fines del año pasado, se han visto disturbios, protestas y manifestaciones al menos en 36 países –desde Asia a Africa a América Latina y el Caribe- en contra de la escasez de alimentos que se extiende rápidamente y del alza de los precios a escala mundial, lo que ha elevado el precio de los alimentos a los niveles más altos alcanzados durante décadas.
Para aproximadamente los mil millones de personas que sobreviven con menos de un dólar por día, y los dos mil millones y medio de personas -40% de la población mundial- que viven con menos de dos dólares diarios, de acuerdo con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, el rápido aumento de precios, especialmente de los alimentos básicos como el arroz, el maíz y el trigo, ha sido una calamidad.
La crisis que afecta al abastecimiento de alimentos en el mundo agudiza no solamente la pobreza y mina la estabilidad en países y regiones donde las presiones económicas y sociales son severas, sino que al mismo tiempo se suma a los factores que llevan a un gran número de personas a emigrar hacia las zonas urbanas, y desde el Sur hacia el Norte, y esto en momentos en que la xenofobia va en aumento y se implementan leyes más duras contra los inmigrantes en los países desarrollados.
3.
La crisis alimentaria tiene su origen en el alza de los precios de la energía, conjuntamente con unos mercados agrícolas mínimamente regulados, la especulación financiera, una creciente demanda de parte de las economías emergentes, el conflicto armado en algunos países y la creciente producción de biocarburantes que a veces se encuentra fuertemente subvencionada.
La crisis se agrava debido a las extremas condiciones del tiempo, producto del cambio climático, incluyendo la sequía, como en Australia uno de los mayores productores agrícolas del mundo, donde las cosechas de trigo y de arroz han sido devastadas, y a las tormentas cada vez más violentas, como aquéllas que han causado desastres en Centroamérica, en partes del Asia y en otras regiones en años recientes.
De acuerdo a recientes estudios científicos, el cambio climático -especialmente la manera en que éste afecta negativamente a los recursos hídricos necesarios para el cultivo de cosechas- amenaza con reducir la producción alimentaria a la mitad en algunas partes del mundo en poco más de una década.
Al mismo tiempo, los tipos de empresas globales que utilizan la mayor cantidad de agua, la de producción de energía proveniente de combustibles fósiles y la de agricultura industrial con su intenso uso de productos químicos, se encuentran entre las principales contribuyentes al calentamiento global.
4.
El peor efecto de las actuales políticas ha sido el abandono y el debilitamiento que ha sufrido la agricultura interna en los países en desarrollo. El cambio de énfasis en décadas recientes, al sustituirse la producción interna con la importación de granos básicos y de alimentos procesados, con fuertes subsidios por parte de los gobiernos del mundo desarrollado, ha dejado sin trabajo a los agricultores de pequeños predios prácticamente en todas partes.
Más aún, los recortes a los presupuestos destinados a la investigación y al desarrollo agrícola por parte de gobiernos y agencias internacionales, han dejado a los sistemas agrícolas incapaces de responder a las crecientes necesidades de hoy de una mayor producción.
Esto se hace más evidente con respecto a la creciente escasez de granos básicos en el mundo en desarrollo, donde los agricultores que no cuentan con los conocimientos o las tecnologías para producir mayores cosechas, simplemente no pueden alimentar a poblaciones que tienen cada vez más dificultades para enfrentar el aumento de los precios de las importaciones.
5.
La Internacional Socialista cree que la crisis alimentaria podría haberse evitado y que ella puede ser superada enfrentándola de manera diferente con un nuevo enfoque de políticas.
Lograr la seguridad alimentaria en el mundo en desarrollo requiere en primer lugar de una respuesta coordinada y multilateral, tanto a nivel global como regional, basada en una necesidad mutua y una cooperación de amplio alcance, en vez de una competencia corta de miras y debilitante entre las naciones.
Este esfuerzo requiere de un renovado sentido de solidaridad, poniendo los valores humanos por encima de los valores de intercambio y debería centrarse en la revitalización de la producción interna, descansando en alimentos más tradicionales, apoyándose en niveles de inversión pública sustancialmente más altos para el desarrollo, y en tecnologías de la agricultura.
La Internacional reconoce el importante papel desempeñado por las mujeres del mundo en desarrollo en la producción interna y la distribución de las cosechas de alimentos, especialmente en Africa, y subraya la necesidad de incrementar sus niveles de educación y oportunidades económicas para que ellas puedan participar plenamente en el desarrollo de nuevas políticas agrícolas.
La producción de biocarburantes debería ser reconocida y regulada, a fin de que no perjudique la producción y distribución de alimentos básicos.
A nivel internacional, debería haber una reorientación y un reforzamiento de los programas de ayuda a la producción agrícola y a la distribución de alimentos por parte de las naciones de la OCDE, de las agencias internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como también de instituciones regionales incluyendo al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco de Desarrollo Asiático. Se debería prestar una atención especial al aumento de los presupuestos de centros vitales de investigación agrícola, y destinar préstamos y recursos para ayudar a agricultores en países en desarrollo a mejorar los métodos en sus predios.
Con respecto a los países más inmediatamente afectados por los desastres naturales y humanos o amenazados por la hambruna, los planes de emergencia de distribución de alimentos, especialmente los de Naciones Unidas, deberían recibir mayor relevancia y ser reforzados en términos de recursos humanos y financieros.
6.
La crisis alimentaria es un ejemplo no sólo de cómo los mercados por si mismos no pueden proveer las soluciones, sino que también de cómo los mercados cuando se dejan solos, pueden hacer mayor un problema que necesita solución.
Durante los años 1960 y 1970, Asia se embarcó en una Revolución Verde, la cual uniendo fuerzas entre países pobres y naciones ricas, y políticas gubernamentales prácticas e inversiones públicas en la ciencia de la alimentación, dieron como resultado un crecimiento sustancial de las cosechas y redujeron significativamente la amenaza de la hambruna.
La economía global ha evolucionado en gran medida desde entonces, pero con voluntad política y determinación, las políticas agrícolas aún pueden ser reformuladas de manera coordinada a nivel nacional, regional y global para aliviar la crisis alimentaria de hoy y para hacer avances sustanciales para reducir el hambre en general.
_______________