Liberación del presidente de SWAYOCO, Ncamiso Mabuyakhulu
La Internacional Socialista (IS) expresa gran preocupación por el deterioro de la situación política en Suazilandia (eSwatini) y la brutal violación de los derechos humanos contra el Congreso de la Juventud de Suazilandia (SWAYOCO) por parte del régimen del Rey Mswati.
Recientemente, el presidente de la organización juvenil socialista SWAYOCO, Ncamiso Mabuyakhulu y la activista Philani Sihlongonyane fueron arrestados. Debe respetarse el derecho a la libertad de expresión y de reunión del pueblo de Swazilandia.
La organización de jóvenes socialistas SWAYOCO ha estado movilizando a la juventud para exigir un sistema político democrático, que luche por mejorar las condiciones socioeconómicas.
Los activistas operan bajo un régimen brutal que ha saqueado los recursos de la gente para sí mismos. La mayoría de la población de Swazilandia vive en la pobreza, falta trabajo y atención médica adecuada en una época de crisis del VIH e inseguridad alimentaria. Mientras tanto, el rey es una de las monarquías más ricas del mundo.
La IS llama a la democratización y al establecimiento del estado de derecho en Swazilandia. Al pueblo de Suazilandia se le ha negado su libertad y sus derechos durante demasiado tiempo, desde que la monarquía prohibió los partidos políticos en 1973. La monarquía absoluta dirigida por el rey Mswati no defiende los valores de la libertad, los derechos humanos que nosotros, como IS, apreciamos tanto.
La IS condena el uso excesivo de la fuerza, incluida la tortura por parte de la seguridad suazi, considerando que la tortura está prohibida por la Convención Internacional contra la Tortura de 1984.
IS pide la liberación inmediata de Mabuyakhulu, Sihlongonyane y otros presos políticos que languidecen en las prisiones de Swazilandia.
IS llama a la comunidad internacional a solidarizarse con el pueblo de Suazilandia y apoyar su lucha legítima por la libertad y la justicia.
IS llama a los organismos internacionales SADC, AU y ONU a tomar acciones decisivas contra el régimen de Swazilandia, ya que la lucha legítima por la justicia social y la libertad en Swazilandia nunca debe ser criminalizada.