Resolución sobre la Democracia

XXVI Congreso de la Internacional Socialista, Madrid

25-27 Noviembre 2022

 

Tras las consecutivas crisis financiera, de refugiados, de COVID19 y energética, la democracia parece verse dramáticamente desafiada. El populismo, la erosión de un sistema global basado en reglas y del estado de derecho en varios países y el debilitamiento sucesivo de los tribunales nacionales e internacionales, la vigilancia digital, los delitos financieros y la falta de solidaridad transnacional han afectado profundamente a nuestras democracias.

Especialmente a nivel nacional, los gobiernos populistas parecen estar debilitando el sistema judicial, tratando de restringir la libertad de expresión y la protección de los derechos civiles y de las minorías.

Los ciudadanos están cada vez más sujetos a vigilancia y control en su vida cotidiana. Todo esto está habilitado y reforzado por las innovaciones digitales.

Al ofrecer espacio para noticias falsas y cultivar una homofilia cultural e ideológica a través de las burbujas de las redes sociales, los gigantes tecnológicos multinacionales han creado una seria amenaza para la democracia en todo el mundo. Al mismo tiempo, los gobiernos no liberales intentan restringir el libre intercambio de opiniones en las redes sociales. En el peor de los casos, las plataformas de redes sociales se rinden al control de estos actores estatales. El código es ley en el ámbito digital y estas leyes son cada vez más redactadas y propiedad de actores más allá de cualquier control democrático.

En muchos países, la pandemia se utilizó como pretexto para eludir los controles y equilibrios existentes al declarar un "estado de emergencia". Esta erosión de los cimientos de la democracia representativa hace que los ciudadanos crean que no pueden influir en su destino y fortalece el atractivo de un estilo autoritario de liderazgo.

Institutos de investigación independientes han declarado que más de una cuarta parte de la población mundial vive ahora en países democráticamente retrógrados. Junto con los que viven en regímenes totalmente no democráticos, constituyen más de dos tercios de la población mundial.

En muchos países percibidos como democracias maduras, la participación electoral disminuye y las generaciones más jóvenes pueden carecer de los medios para analizar y participar en los procesos políticos. Para contrarrestar este fenómeno, los movimientos progresistas y los partidos políticos deberían explorar formas de profundizar el proceso democrático haciéndolo más participativo.

Abordar desafíos como el cambio climático de manera eficiente dependerá del apoyo democrático tanto a nivel nacional como internacional. Y este apoyo solo se puede asegurar mediante procesos participativos que mejoren la toma de decisiones por parte de ciudadanos informados.

La Internacional Socialista toma estas amenazas a la democracia con urgencia. Los miembros de la IS continúan luchando contra el control de los regímenes represores y para garantizar elecciones libres y justas en todo el mundo. Buscamos reglas claras sobre el contenido antidemocrático y la interferencia electoral en las plataformas de redes sociales. Empoderaremos a las personas para que usen sus derechos democráticos mediante la educación y la participación.