El Ejecutivo de la Internacional se reunió en París el día 5 de octubre para examinar los actuales desarrollos internacionales y discutir las prioridades y futuras actividades de la organización.
La reunión fue presidida por el Primer Ministro António Guterres, Presidente de la Internacional Socialista, y contó con la participación de François Hollande, Primer Secretario del Partido Socialista, PS, de Francia; Ousmane Tanor Dieng, Primer Secretario del Partido Socialista, PS, de Senegal, y Presidente del Comité Africa; Raúl Alfonsín, Presidente de la Unión Cívica Radical, UCR, de Argentina, y Copresidente del Comité de la IS para América Latina y el Caribe; Elio Di Rupo, Presidente del Partido Socialista, PS, de Bélgica; y Luis Ayala, Secretario General de la Internacional.
Campaña de la Internacional Socialista por la condonación de la deuda
Declaración y Programa de Actividades
Las relaciones Norte-Sur se imponen como una preocupación prioritaria para los socialistas y socialdemócratas del mundo que fundamentan su enfoque internacionalista en las exigencias por la paz, la democracia, la justicia social y la igualdad.
Desde Seattle hasta Génova, pasando por el foro de Puerto Alegre, las relaciones Norte-Sur han estado en el corazón de las manifestaciones de la sociedad civil que han presionado a los estados para que adopten medidas más decisivas en esta materia.
Las reuniones de Durban, en septiembre de 2001, a nivel tanto de las ONGs como de los estados, subrayaron la cuestión de la deuda histórica, en particular para con Africa en razón del tráfico de negros, que hizo de la esclavitud un sistema intercontinental. Como la expresión más cruda del racismo, fundó hace cuatro siglos, con la expansión colonial, las relaciones desiguales entre el Norte y el Sur.
Hoy en día, en la alborada del tercer milenio, una de las primeras pruebas para esta solidaridad global es la de resolver la cuestión de la deuda de los países en desarrollo.
El anhelo político de la Internacional Socialista es el de contribuir a crear las condiciones que les permitan a las nuevas generaciones de políticos acceder al poder en el marco de los procesos de democratización, sin encontrar que la carga de la deuda es un impedimento para su proyecto de desarrollo.
En los orígenes del problema de la deuda hay una responsabilidad política compartida. Esta responsabilidad recae, por una parte, en los acreedores que impulsaron a los países en desarrollo a contraer deudas desde 1970 en adelante, para reciclar así los petrodólares y que luego impusieron políticas monetarias desfavorables para los deudores. Por otra parte, también recae en los gobiernos de los países deudores, que administraron mal los recursos y los desviaron hacia otros usos.
Los procedimientos para la condonación de la deuda deben tener en cuenta esta responsabilidad compartida y deben construirse sobre unas nuevas exigencias contractuales, particularmente en cuanto a la rigurosidad en la administración y la amplitud política.
La solución al problema de la deuda es eminentemente política. La iniciativa para los países pobres altamente endeudados, PPAE, tal y como se aplica hoy en día, reduce el servicio de la deuda en no más de un tercio en los países beneficiarios, mientras ellos reembolsan apenas un poco más de la mitad de ella. La cancelación se inscribe dentro de la perspectiva claramente política de financiar el desarrollo y no en aquella de hacer "sostenible" la deuda. La actual situación requiere buscar un mecanismo alternativo, más audaz y decisivo.
Es por ello que la Internacional Socialista propone la generalización del contrato condonación de la deuda-desarrollo, permitiendo a los países beneficiarios poner en marcha políticas públicas, prioritariamente en las áreas de la salud y la educación, sobre la base de una moratoria anual de la deuda.
El servicio de la deuda, cancelado cada año, se convertiría en un activo en el presupuesto de los países deudores. En la práctica, al poner lo anterior en marcha junto con los mecanismos de control del contrato, los actores de la sociedad civil se verían asociados a los representantes de los estados. Cualquier evaluación del cumplimiento del contrato estaría organizada entre estos asociados.
Aquellos estados que se beneficien de la condonación de sus deudas deberían poder seguir contrayendo deudas, en vez de verse reducidos a la condición de países asistidos, autorizados únicamente para recibir donaciones, lo cual los excluiría del escenario mundial.
Igualmente preocupada por la situación de los así llamados países emergentes, atrapados en una espiral de endeudamiento con consecuencias humanas dramáticas que obstruyen el crecimiento tanto a largo plazo como estructuralmente, la Internacional Socialista se compromete a proponer soluciones justas y sostenibles que respondan a las expectativas de estas poblaciones.
Sobre esta base, la Internacional Socialista se compromete, luego de su primera reunión con ONGs el 5 de octubre de 2001 en París, a dirigir una campaña para la condonación de la deuda de los países altamente endeudados, en pos de un mundo más justo.
En esta ocasión, el Ejecutivo acordó el siguiente programa de actividades:
Estas reuniones tienen por objeto la profundización del debate y emprender iniciativas comunes cuando ello sea posible.
Se ha previsto un primer encuentro en Africa. Se llevará a cabo en Côte d’Ivoire con la participación de François Hollande y Ousmane Tanor Dieng.
Otros miembros del Ejecutivo participarán en conferencias regionales, particularmente en Asia y América Latina.
Cada miembro de la IS adelantará una campaña con estas propuestas al interior de los Parlamentos y Gobiernos de los diferentes países. También sensibilizará y movilizará a sus representantes electos en torno a esta cuestión. Se preparará un dossier para tal efecto.
La Unión Interparlamentaria deberá ser informada.
La IS organizará misiones a Washington para formular ante diversas organizaciones financieras internacionales (el Banco Mundial, el FMI), las Naciones Unidas y sus instituciones especializadas y la OMC sus propuestas para la condonación de la deuda y para la reforma de los marcos institucionales de toma de decisiones.
La IS lanzará en 2002 una activa campaña mediante el envío de postales y correos electrónicos.
Una delegación de la IS viajará a Washington para reunirse con la administración de los EE.UU.
Los contactos se harán con los partidos de los EE.UU. miembros de la IS, a saber DSA y SDUSA.
En 2002, la IS, en coordinación con ONGs del Norte y del Sur, organizará un Foro Mundial para dar continuidad a sus acciones respecto de la deuda y la reforma de las instituciones internacionales. La IS buscará el apoyo de intelectuales, artistas y otras personalidades para esta campaña.
- Organización de reuniones regionales entre la IS y las ONGs
- Sensibilización de los gobiernos y representantes electos
- Acciones con las instituciones internacionales
- Acciones con los Estados Unidos de América
- Foro mundial
- Relaciones con las ONG
Siempre que ello sea posible, los partidos miembros de la IS buscarán liderar iniciativas en cercana cooperación con figuras destacadas de la sociedad civil que impulsan campañas por la misma causa.