Resolución Reafırmando la visión de centro-‐ızquıerda para la economía global con un énfasis en el crecimiento, el empleo y la igualdad, y para una nueva agenda de desarrollo
Reunión del Consejo de la Internacional Socialista en Estambul, Turquía, 11-12 de noviembre de 2013
Orıgınal: inglés
En los próximos años la economía global y nuestras economías nacionales enfrentarán grandes desafíos. La crisis, que comenzó con el colapso financiero en Wall Street en 2008, desgraciadamente está lejos de llegar a su fin. Ha sido contenida, especialmente en los Estados Unidos, con tasas de interés en niveles mínimos récord e inusuales compras de valores de la Reserva Federal. Pero, la emisión de circulante por el Banco Central, a pesar de ser algo necesario para prevenir un desastre aún mayor, no puede por sí sola revivir la economía mundial que sufre de graves problemas estructurales. Los problemas claves a largo plazo que debemos superar son:
La creciente concentración de los ingresos en las capas más altas, lo que crea una demanda insuficiente. En algunos países, más del 90 por ciento del aumento en los ingresos desde la crisis ha sido devengado en beneficio del 1 por ciento en el nivel más alto. Tal distribución del ingreso impide una expansión de una sana demanda con una amplia base de consumidores.
Esto a su vez lleva a una débil inversión empresarial. A pesar de las tasas de interés de niveles mínimos récord y los altos márgenes de ganancias, hay una insuficiente inversión privada en la economía mundial porque existe pesimismo acerca de las perspectivas de demanda a largo plazo.
Aún más, cualquier crecimiento que exista ha llegado a ser menos productivo para crear empleos decentes, bien remunerados y de largo plazo. En todo el mundo se ha observado un débil rendimiento en materia de empleo. Incluso en países relativamente exitosos como Alemania, los altos niveles de empleo han sido logrados con muchos empleos a tiempo parcial y muchos de ellos con salarios muy bajos, particularmente en el sector de servicios.
Mientras muchos países emergentes y en desarrollo se han desarrollado más rápidamente que los países desarrollados, su crecimiento también ha disminuido debido a la inseguridad que reina en el mundo frente al temor de que los cambios en la política monetaria de los EE.UU. puedan tener un efecto en los flujos privados de capital internacional. La ayuda oficial al desarrollo está también sufriendo con los problemas fiscales de las economías avanzadas.
El desempleo, la recesión y el temor de lo que aparece como un futuro muy incierto, han estado alimentando las posiciones de la extrema derecha, y de los movimientos populistas en contra de la inmigración en los Estados Unidos y en Europa. La derecha tradicional moderadamente conservadora se encuentra sitiada por movimientos mucho más extremistas que podrían llevar a un retroceso hacia virulentas formas de hipernacionalismo, aislamiento y racismo. Lamentablemente, la desesperación económica hace del populismo de derecha algo atractivo aún para grupos de ciudadanos normalmente más cercanos a la izquierda política.
Para dar respuesta a estos desafíos, todas las fuerzas socialistas, socialdemócratas y progresistas deben cooperar en apoyar una nueva agenda para el crecimiento, el empleo, el desarrollo sostenible y la solidaridad humana. Las más importantes dimensiones de esta agenda deberán ser:
Reformas estructurales orientadas hacia un crecimiento sostenible, dentro de un marco macroeconómico que reconozca que la reducción del déficit fiscal no puede alcanzar mejores coeficientes de deuda/PIB, si existe un insuficiente crecimiento del PIB. La austeridad sin crecimiento lleva a un círculo vicioso de depresión, deflación y crecimiento de la deuda.
Se necesita una cooperación internacional más fuerte contra la destructiva evasión de impuestos de las corporaciones multinacionales que mueven sus ganancias contables a jurisdicciones con más bajas tasas de impuesto. La solidaridad social, los sistemas de salud y pensiones que necesitan de los ingresos tributarios para sobrevivir en beneficio de todos los ciudadanos, están amenazadas por la evasión de impuestos corporativos que han adquirido inmensas proporciones a través de la economía global.
Un sistema bancario sólido y eficiente es una condición clave para un rápido crecimiento y creación de empleo, pero para lograrlo, las finanzas deben estar reguladas a nivel nacional e internacional de tal manera que el sector mida su éxito por la contribución que haga a la economía real y al crecimiento a largo plazo, y no por los beneficios y especulaciones comerciales logrados a corto plazo.
Sin duda, las reformas estructurales son necesarias en muchos países. Sistemas sanitarios inclusivos de alta calidad deben ser financiados. Las pensiones de jubilación deben asegurarse para los actuales y futuros jubilados, incluso si los ciudadanos viven vidas más largas. Esto requerirá de reformas que permitan una vida laboral más larga y deseable, una formación educacional a lo largo de la vida y alentar la cooperación a través de las generaciones. Los programas para la inserción de los jóvenes y nuevos empleados en el empleo productivo es particularmente importante.
Las fuerzas políticas progresistas deben promover nuevas formas de trabajo, nuevas tecnologías, nuevas ideas e innovaciones. Debe lograrse la solidaridad social por medio del progreso, y no protegiendo prácticas del pasado que ya no son deseables o factibles en el mundo del siglo XXI. Esto no se puede hacer, sin embargo, sin aquéllos que se han beneficiado o son los mayores beneficiados por la globalización al haber pagado su justa proporción de impuestos. Los sistemas tributarios no deben sofocar la iniciativa o la empresa, pero no se les puede permitir a las multinacionales con inmensas ganancias pagar casi nada de impuestos sobre sus grandes ganancias, empleando complejos esquemas de evasión tributaria.
Es además, el momento de reafirmar la necesidad de un desarrollo global y de reforzar la voluntad de erradicar la pobreza, un factor determinante en la exclusión escolar de los jóvenes por razones de género y lugar de residencia. Es por este motivo que cientos de millones de personas, la mayoría de las cuales son mujeres, particularmente en Africa, Sur del Asia y América Latina, podrían ser trabajadores más productivos y buenos consumidores si ellos tuvieran acceso a un cuidado sanitario básico, a la educación y a la vivienda. Es inaceptable ética y políticamente dejar a esos millones en la pobreza cuando contamos con el conocimiento, la tecnología y los recursos para ayudarles a ayudarse a sí mismos, y convertirse en miembros empoderados de la comunidad mundial, dando un especial énfasis a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres en la agenda post-‐2015.
Es hora también de unir fuerzas para luchar contra el peligro del cambio climático y los graves trastornos de larga duración que podría originar. El resumen más reciente de la IPCC ha mostrado nuevamente los serios riesgos que enfrenta el mundo. Este peligro puede convertirse en una oportunidad que desencadene una nueva revolución tecnológica que entregue al mundo una energía limpia y un crecimiento verde. Para lanzar esta revolución se necesitan los incentivos correctos, combinado con un cuidadoso manejo de la transición. Las actividades para una energía renovable pueden realmente crear millones de empleos, pero eso no significa que los trabajadores del carbón deban enfrentarse a la miseria. El progreso debe ser gestionado y tener lugar en un mundo donde se apoye a aquéllos que deben adaptarse, y donde la solidaridad provea la seguridad que es necesaria para que los ciudadanos acepten el cambio y la innovación.
Estos objetivos claves sólo pueden lograrse con una cooperación más fuerte entre las fuerzas políticas progresistas y las organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo. Los desarrollos tecnológicos continuarán aumentando nuestra interdependencia como naciones, pueblos y ciudadanos. No puede haber una vuelta atrás, y las fuerzas progresistas deben ciertamente acoger el progreso con todas sus oportunidades. La tecnología debe ser gestionada, sin embargo, no para beneficio de unos pocos, sino para beneficio de todos.
_______________