Nosotros, alcaldes, concejales y representantes de la gobernanza local democrática, unidos bajo el paraguas de la Internacional Socialista, condenamos y rechazamos firmemente:
- Las intervenciones arbitrarias, antidemocráticas e ilegales contra alcaldes y concejales elegidos democráticamente,
- El debilitamiento sistemático de los consejos municipales mediante la imposición de administradores designados,
- La transformación de las instituciones judiciales en instrumentos de presión política sobre los gobiernos locales.
La democracia es un sistema en el que se respeta la voluntad del pueblo en todos los niveles. El Estado de derecho debe ser independiente, y la gobernanza debe basarse en la participación y la transparencia.
La democracia local es la base de la justicia social, la participación ciudadana y el desarrollo sostenible.
En un contexto donde se suspende la legalidad y se ignora la voluntad popular:
- Se deterioran las libertades políticas,
- Se socava la estabilidad económica,
- Se resienten profundamente la justicia social y la paz.
Es fundamental subrayar que todo ataque a los logros democráticos no es únicamente un asunto interno, sino una amenaza a los valores democráticos universales.
Creemos firmemente que:
- No hay paz sin justicia,
- No hay confianza sin Estado de derecho,
- No hay desarrollo sostenible sin legitimidad democrática.
Por lo tanto, como Red de Autoridades Locales de la Internacional Socialista, declaramos públicamente nuestro firme compromiso con la defensa de los valores democráticos y la soberanía popular.
Con base en estas consideraciones, hacemos un llamado a todas las autoridades de todos los Estados y subrayamos que:
- La restitución inmediata de todos los funcionarios locales electos es de máxima importancia,
- La práctica de designar administradores no electos es inaceptable,
- Es inaceptable criminalizar a quienes exigen democracia ejerciendo sus propios derechos democráticos. Se debe garantizar la independencia del periodismo y la libertad de expresión,
- La independencia judicial, el Estado de derecho y el respeto incondicional a la voluntad del pueblo y a los procesos democráticos deben ser garantizados por todas las autoridades.
Creemos que los gobiernos locales no son solo los principales proveedores de servicios públicos, sino también los pilares de la democracia misma. Solo es posible una gobernanza participativa si se defienden la voluntad nacional y los logros democráticos.
Estamos unidos con los pueblos. Unidos con quienes creen en la democracia, y exigen justicia y paz, unidos por el mundo que merecemos: un mundo de paz, prosperidad y democracia.
Una voz que se alza desde lo local puede cambiar el mundo.
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