Original: francés
El desarrollo democrático de las instituciones políticas descansan en la celebración de elecciones libres, legítimas y dentro del Estado de Derecho.
La Internacional Socialista rechaza cualquier trastocamiento de las instituciones democráticas derivados de actos de fuerza, que lleven a la existencia de gobiernos “de facto” que interrumpen la normalidad democrática.
Por lo antes expuesto, la IS se pronuncia:
- El pleno respeto a las autoridades electas democráticamente, y el apoyo internacional para que cumplan su mandato constitucional.
- Respeto a otras formas de participación democráticas legalmente establecidas.
- El respeto a las libertades individuales y colectivas.
- La separación de los poderes, legislativo, ejecutivo y judicial.
- La independencia de la justicia.
- La alternancia en el poder a través de elecciones libres, honestas y transparentes sobre la base de la regla de la mayoría, tomando en cuenta los derechos de las minorías.
- Derecho a un nivel de vida decente, a la educación, a la salud, a la vivienda.
- Derecho al respeto de la identidad cultural.
Es importante recordar que el fundamento y la finalidad de la democracia reside en la creación de un cuadro propicio para la preservación de la dignidad humana y el desarrollo pleno de la colectividad. Para cumplir esta función fundamental, conviene tener en cuenta los derechos económicos y sociales, inseparables de una distribución equitativa de la riqueza: derecho a alimentarse, a vestirse, a sanarse, a tener acceso al agua potable, a educarse y al pleno desarrollo dentro de la identidad cultural propia.
En efecto, una democracia sin este contenido encarnado en los derechos humanos fundamentales no es más que una ilusión de libertad.
Nuestro compromiso está en hacer avanzar la causa de la democracia en el mundo, contribuyendo a la extensión de la gobernanza democrática que se base en un sistema normativo y garantista de una democracia sustancial. Democracia para una ciudadanía con derechos políticos, humanos, sociales, económicos, culturales y medioambientales.
Queremos trabajar en la consolidación de las democracias en países que han llegado recientemente a este sistema político, apostando por políticas activas y eficaces de cooperación internacional.
Creemos en la capacidad de convertir en una oportunidad para la solidaridad global, la actual crisis financiera mundial. Una solidaridad global como consecuencia de una nueva gobernanza global desde un nuevo marco para las relaciones internacionales donde tengan su espacio los países emergentes y las nuevas potencias regionales.
Nos afirmamos en la necesidad de consolidar los derechos ciudadanos y en trabajar para su extensión combatiendo cualquier tipo de involución.
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