Declaración sobre migración global y la dificil situación de los refugiados

Reunión del Consejo de la IS en las Naciones Unidas en Ginebra, 26-27 de junio de 2018


Original: Inglés

El Consejo de la IS considera que la migración ha desempeñado un positivo papel a lo largo de la historia de la humanidad, cuando nuestros antepasados se trasladaban a diferentes regiones del planeta en busca de oportunidades, libertad y una mejor calidad de vida. Estas son gentes que han contribuido al desarrollo y al avance de sus lugares de llegada a través de sus talentos y esfuerzos, dando forma a los países del mundo que conocemos hoy en día.

El Consejo rechaza los intentos de retratar a la migración en el siglo XXI como un fenómeno negativo con la asociada demonización de los que se mueven cruzando fronteras nacionales. Los partidos socialdemócratas se oponen a la retórica anti inmigración de la derecha populista que sólo crean chivos expiatorios sin ofrecer soluciones a las realidades de hoy.

Los compromisos tomados por el Consejo de la IS sobre migración se basan en la Carta de la IS para los Derechos de los Migrantes, adoptada por el Consejo en las Naciones Unidas en Nueva York en 2015. Este documento, que todos los partidos miembros de la IS están comprometidos a respetar, hace resaltar los fundamentales derechos humanos de todos los migrantes, basándose en el respeto a la vida humana y a las libertades básicas.

El Consejo analizó las actuales tendencias de la migración global:

La muerte de miles de migrantes en el Mar Mediterráneo en años recientes cuando tartan de  cruzarlo hacia Europa es una catástrofe humana a de dimensiones devastadoras, y una fuente de gran vergüenza para la humanidad. En momentos en que la solidaridad, la compasión y la asistencia requerida hacia los seres con quienes habitamos en este planeta, la retórica anti-migración de los partidos populistas han creado una situación en la cual se ha demostrado más preocupación por dejar a los migrantes fuera de la vida humana. En este sentido, el Consejo está extremadamente preocupado por la posición adoptada recientemente por los gobiernos de Italia y de Malta al rechazar recibir embarcaciones que requerían asistencia después de haber rescatado a personas desde las aguas del Mediterráneo. También preocupa al Consejo la falta de respuesta con una política coordinada a nivel europeo, donde las fuerzas populistas y nacionalistas están imponiendo sus políticas migratorias caracterizadas por los cruces de fronteras y la xenofobia. Estos movimientos de personas requieren una respuesta humana, no un intento de convertir impenetrables los bordes de Europa, y el Consejo aplaude las acciones del gobierno socialista español de Pedro Sánchez, Vicepresidente de la IS, que ha dado un refugio seguro a estas personas.

El surgimiento el año pasado de una clara evidencia de la venta de seres humanos como esclavos en Libia fue una demostración chocante y abominable del completo desprecio por los derechos humanos de los migrantes que en muchos casos habían sido llevados al país bajo falsas promesas. Una especial atención a mujeres y niños que son a menudo las víctimas del tráfico para explotación sexual. Los migrantes se encuentran entre los más vulnerables de la sociedad y están particularmente propensos a la explotación y malos tratos. Dentro de este contexto, es un paso positivo para la defensa de los derechos humanos que la ONU haya recientemente impuesto sanciones a seis libaneses responsables de una red transnacional de contrabando y tratamientos brutales de migrantes.

Los partidos populistas han explotado exitosamente el tema de la migración para ganar triunfos electorales, y es vital que los partidos socialdemócratas respondan. Todos los partidos políticos deben escuchar las legítimas preocupaciones del electorado, pero los socialdemócratas tienen una obligación moral y política de defender los derechos humanos de los migrantes y la contribución que éstos hacen a sus países de acogida. Aquéllos que buscan culpar a la migración por las dificultades económicas, una falta de cohesión social, desempleo y otros problemas en la sociedad lo hacen porque ellos no quieren buscar soluciones sino solamente detener las migraciones. Por el contrario, buscar soluciones apropiadas, justas y sostenibles para las consecuencias de los flujos de migración global se encuentran al centro de la social democracia.

Es igualmente importante corregir la desinformación, en particular la narrativa de que el mundo desarrollado se encuentra situado por la migración masiva. Aproximadamente el 85% de los refugiados globales son recibidos por países en desarrollo, cuando ellos mismos muchas veces enfrentan severos desafíos económicos y sociales. En ninguna parte esto es más evidente que en Africa que recibe más refugiados que cualquier otra región del mundo y sin embargo, se les describe a menudo como la fuente de la crisis global de refugiados.

El Consejo condena la política de separar los niños migrantes predominantemente latinoamericanos de sus padres y sus lugares de detención, instituida por la actual administración de EE.UU. Tal  tratamiento es fundamentalmente cruel y una clara violación a los derechos humanos de estos niños vulnerables, muchos de ellos extremadamente jóvenes y en riesgo de contraer severos traumas como resultado.

El Consejo recuerda sus anteriores declaraciones sobre el pueblo Rohingya y urge una continua atención sobre el problema de aquéllos obligados a huir de Myanmar y buscar refugio en la vecina Bangladesh. Reitera sus llamamientos a poner fin a la persecución y violaciones a los derechos humanos de los Rohingyas, subraya el derecho de todos los Rohingya a poder regresar a sus hogares con garantías de seguridad y urge a la comunidad internacional a mantener la presión sobre los líderes y el gobierno de Myanmar.

El número de gente desplazada forzadamente en el mundo hoy día es mayor que en cualquier otra etapa desde la Segunda Guerra Mundial. Esto incluye tanto a los refugiados que cruzan las fronteras como las personas desplazadas internamente, y es una indicación del mayor impacto que tienen el conflicto, el terrorismo y el cambio climático sobre las poblaciones vulnerables. El Consejo pone énfasis que ninguna acción para resolver la crisis global de los refugiados puede tener éxito si no se abordan las causas de los flujos de personas a través de fronteras internacionales. Esto requerirá de una acción concertada sobre resolución de conflictos, construcción de la paz, desarrollo sostenible, democratización y abordar el cambio climático. Estos son los desafíos que definen esta era, y no pueden ser resueltos por ningún país por sí solo. Al centro de las respuestas a la migración global y el problema de los refugiados se encuentra, por lo tanto, el principio del multilateralismo.

La migración es una cuestión que debemos abordar con humanidad y con el valor de nuestras  convicciones como socialistas, en nombre de la solidaridad, el respeto y la justicia social. No podemos aceptar categorías simplistas de migrantes legales (solicitantes de asilo, refugiados, etc.) versus migrantes ilegales (todos los otros, económicos, medioambientales), lo que permite a los populistas decidir quién entra y quién sale. Debemos restablecer canales legales de migración legal también para las personas desplazadas no forzosamente. Debemos establecer relaciones estables con los países de origen y de tránsito para una gestión conjunta de los flujos migratorios, ayudándoles en sus procesos de desarrollo y creando instituciones democráticas que sean respetuosas de los derechos humanos.

 

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